Vocalista de la consagrada banda Caifanes, ajeno al mundo terrenal,Saúl presentó su más reciente producción discográfica Mortal en la ciudad de Guadalajara entre un ambiente por demás íntimo y emotivo.
Un aura mítica se siente y se impregna a la esencia de intimidad del C3 Stage. Ahí, una generosa entrada deseosa de buen rock. Un rock mexicano en especial. Se trata de un viejo conocido por América latina. El vocalista de una agrupación por demás emblemática dentro de la historia del rock en español ochentero está por subir al entarimado. Saúl Hernández es un Jaguar en su habitad natural, una selva que domina a la perfección. Pero aún después de haberla conquistado con uno y otro y otro recital, la sigue viendo con humildad y el respeto que se merece.
Son las diez de la noche con veinte minutos. Saúl, acompañado de otros tres destacables y virtuosos músicos, abre una puerta generacional con ‘Sangre’; ‘Nunca te doblarás’ del álbum de Jaguares El equilibrio de los jaguares y ‘Entre tus jardines’ de su producción 45 siguen en la lista desencadenando los primeros aplausos de la audiencia. El ambiente caifan no se hace esperar más y con el distinguido aullido de ‘Mátenme porque me muero’ y ‘Fin’, la esencia mitológica, que el público estaba esperando, se desata.
‘Molecular’ abre paso para que el jaguar mayor presente un sencillo del álbum a tratar esta noche: ‘Me buscaré’. ‘Viento’ con el distinguido riff clásico de su debut con Caifanes, ‘Hoy’ y ‘Llevame a tu sol’ hacen rugir la concurrencia. Saúl, con cara de sorpresa, sigue adelante con su íntimo pero vibrante show. ‘Fuerte’, ‘Así como tú’, ‘Voy a hablarle al mundo’ y la balada ‘Ayer me dijo un ave’ llevan a un trance al sediento público. Más de dos horas han pasado y no hay un alma en el C3 Stage que no cante todas y cada una de las canciones. Todo está pasando. La última canción es ‘Kaliman’, también de Mortal. “¡Saúl, Saúl!”, entre los gritos de la multitud hacen que Hernández regrese al entarimado para ejecutar un deseado encore por la muchedumbre inagotable. Está acompañado de una guitarra acústica y el escenario es un lugar sombrío. Saúl se dispone a cerrar la noche tocando piezas clásicas como ‘Antes de que nos olviden’, ‘Afuera’ y ‘Quisiera ser alcohol’. Después de lo clásicos, su banda de soporte está regresando; ‘La habitación de tu mente’, ‘Detrás de los cerros’ y un himno al rock en español llamado ‘No dejes que’y entre aplausos, chiflidos y emotivos gritos concluye el show.
La intimidad hizo que el rose con el público fuera mayor y generara un sentimiento de cercanía y apego al artista y su obra. Reunir tanta historia en un lugar de dimensiones estrechas produjo una brisa mágica. El mismo Saúl Hernández se vio sorprendido ante sus más aferrados y empedernidos fans, dándose el lujo de ganar unos cuantos más. Saúl Hernández ya es inmortal.
Texto por Carlos Castañeda Mora – @Carl_Mora19
Fotografías de Noé Blanco para Ka Volta