La noche del pasado sábado, la banda Jenny and the Mexicats tenía una cita con el público tapatío que esperaba con ansía la llegada de la agrupación que se autodenomina como multicultural.
La cantante Camila Conte amenizó a un público no tan numeroso, haciendo covers de una variada lista de canciones, reversionándolas y haciendo fusiones sonoras a su estilo. Salió entre aplausos y gritos, pero el público ya esperaba la pluralidad musical de los Mexicats.
El respetable ya quería mover las caderas con su caguama.
En un escenario oscuro y entre luces tenues, unos arpegios de guitarra comenzaron a sonar en el entarimado, era Icho el guitarrista, dándole salida a sus compañeros de banda para que el show comenzara, aunado a eso, Jenny al ritmo de su trompeta, bajó de la escalera de caracol que está al costado izquierdo del escenario. Tras su llegada a escena, parecía que el mismo se iluminaba por sí mismo. El concierto comenzó con la canción “Starting Something”, de su álbum homónimo de 2012.
Canciones como “No dejes de quererme”, “I Will Go”, “Me in my Man”, “Frenético ritmo” y “Heaven knows”, hacían enloquecer, bailar y gritar a la íntima pero alocada entrada.
El fin del set de los Mexicats se veía venir con la cumbianchera canción de “Boulevard”, y uno de sus mayores éxitos, la mezcla de ritmos en “Flor” hicieron que Jenny y su banda salieran del escenario dejando a la audiencia con ganas de un poco más, faltaba algo, la pieza que culminaría esa noche.
Tras muchos aplausos y gritos de otra, salió Jenny acompañada tan sólo de su guitarrista Icho, para ejecutar la canción llamada “Even it Out”, cuando ésta llegó a su fin, todos sabían lo que se venía y la cual era faltante, no se esperó más y la banda salió a tocar su canción más popular, “Verde más allá”, ahora sí, todo el respetable bailó y movió las caderas “con su caguama”.
No cabe duda que la pluralidad cultural abre horizontes y ayuda a crear un proyecto sonoro con originalidad. La amplia gama de ritmos y sonidos que maneja Jenny and the Mexicats en el escenario es de admirarse y más cuando los instrumentos se ejecutan de manera pulcra. Sin más que decir fue una digna e íntima noche para sus fans.
Texto de Carlos Castañeda Mora
Fotografías de ANTONIO ZURITA para KA VOLTA