Regresemos el tiempo veinte años, e imaginemos que esto va empezando, eres una banda desconocida con todas las ganas de triunfar y hacer bien las cosas, dejas tu vida en el escenario como si de esta presentación dependiera el éxito de tu futuro. Fue exactamente esa la impresión que dejó, la banda de rock originaria del D.F. La Barranca.
Siendo las 9:13 p.m. las luces del Teatro Diana, comienzan a bajarse para dar paso al ingreso de “Yann” quien va directamente con un “intro” de piano, mejor conocido como “El rapto” con el cual la algarabía del foro se sacude y se entregan al músico en aplausos.
José Manuel Aguilera y compañía, ingresan al escenario del Diana, mientras el público esboza su alegría con un cálido aplauso sin alterar el orden. “Ser un destello”, el primer tema en escena con la banda completa, prosiguiendo con “La visión”, donde finalizado el tema, J. Manuel, comenta una breve anécdota, la cual menciona, que el origen del nombre de la banda, se dio en una visita a nuestra ciudad.
Al término de un par de temas más, llega la primera invitación de la noche, Adolfo Romero, entra en escena. “Porque para un buen danzón se necesita un buen pianista”, fue la frase con la que José Manuel le daba la bienvenida a Adolfo, quien no pierde tiempo y da inicio a “Una nota que cae”, primer tema donde algunos seguidores abandonaron sus asientos, tomaron a sus parejas y se pusieron a bailar ante la molestia de otros que preferían mantener la comodidad de su asiento. Alrededor de siete temas después, entre los cuales estuvieron, “Zafiro” y “Lengua del alma” como los más destacados, parecía que La Barranca apenas calentaba motores, donde sin despedirse o mencionar algo, abandonan el escenario, mientras algunos seguidores aprovecha para comprar alguna bebida, botana o salir al baño.
Tremenda sorpresa se llevó el foro de Av. 16 de Septiembre, al regreso de José Manuel. “Nosotros no somos de las bandas que suelen pedir que canten con ellos, pero en esta ocasión, yo sí se los voy a pedir”. Fueron las primeras palabras que mencionó el líder de la agrupación capitalina, mientras ejecutaba los acordes de “El Mezcal”, el público tapatío no sabe fallar, y así lo hicieron, a todo pulmón entonaron, no solo este, si no cada uno de los seis temas acústicos que ejecutó la banda, entre los cuales estuvieron, “Gran pez” y “La Flecha”.
Volviendo a conectar las guitarras y de vuelta al punch característico de la banda, Humberto Álvarez le pone un poco de sabor a la noche, un acordeón acompaña a la agrupación en algunos temas como, “Tonantzin” y “Don Julio”. Sin embargo una sorpresa estaba por darse, Cecilia Toussaint, estaba de regreso al lado de José Manuel, como hace veinte años, donde se originó todo, “Esa madrugada” y “Alacrán” fueron las piezas que su voz engalanó, Los invitados no estaban ni cerca de terminar, otro visitante les hizo compañia, Alfonso André el ex baterista de la agrupación estaba listo para montar su “Corcel”, tema que pone al público a flor de piel.
“Quémate lento” da el regreso a Cecilia, quien acompañada de André y José Manuel, da un acercamiento a la agrupación original, que originó todo hace 20 años. La noche se cierra con un broche de oro chapado en diamantes, un músico de casa, se encarga de cerrarla. Galileo Ochoa “Galo”, es el guitarrista encargado de interpretar el tema seudónimo de la banda “La barranca”, parece ser que la noche termina, la banda se despide y el público al unísono al grito de “otra otra”, no es solo una si no otra, “El tiempo es olvido” y “Día negro”, complementan las casi tres horas de concierto, que demuestran los veinte años de experiencia, en los que José Manuel Aguilera ha empeñado su vida, y le ha redituado en éxitos profesionales de la categoría que hoy en día mantiene la banda.
Texto Salvador González
Fotografías de Noé Blanco para Ka Volta
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