No era ningún secreto que LES LUTHIERS, es una de las agrupaciones que mejor desempeño tiene en el mundo del espectáculo. Sobre todo hablando en el suyo. La comedia es todavía de un foro más especial.
El Auditorio Telmex, mostraba una entrada que superaba mucho las expectativas de un servidor, entre un público, joven, adulto y de la tercera edad, parecía ser un espectáculo para que todas las edades disfrutaran de una agradable y alegre noche.
Pasadas las 21:30 hrs. da comienzo el espectáculo. Carlos López, Jorge Maronna, Marcos Mundstock y Carlos Núñez Cortés. El grupo argentino, abrió el foro con todo, la primera parodia en escena fue la parodia de Manuel Darío, la misma hace referencia a un personaje que tiene perspectivas de cumplir su sueño de la música y que siempre le daban la espalda todos sus familiares, amigos, pues argumentaban no tenía nada de talento, pero de una particular manera que le daba una pequeña esperanza. A la cual él no le perdía la fe.
Continuaron con el acto estelar de la noche, y al hacer referencia a estelar es básicamente al hecho de que siempre al término de los siguientes monólogos regresaban al himno nacional. Este monólogo consistía simple y sencillamente en el que Marcos Mundstock y Jorge Maronna interpretaban a unos políticos que contratan a un músico (Carlos López Puccio) para cambiar la letra y la música del himno nacional de la república ficticia.
El maestro Manchacaprinni, el dúo los ecológicos, la hija de Escipión fueron algunas de los demás actos parodias, que mantuvieron a sus asistentes carcajada tras carcajada.
Otro de los elementos que mostró el concierto de manera muy particular fue los instrumentos que elabora la misma agrupación, una especie de marimba, hecha con pelotas y que generaba diferentes tonos según el aire, llamado “Bolarmonio” o el “Bajobarriltono” que es un barril adaptado a un bajo.
Entre risas, humor, dobles sentidos, música y una comedia siempre pura, Les Luthiers, demostró porque es una de las propuestas cómica – musical más reconocida del planeta.