Una vez más estoy aquí escribiendo y compartiendo un poco de la sabiduría que mi madre me imparte de vez en cuando.
Desde muy chicas mi mamá solía decirnos a mi hermana y a mí, ciertas frases que conforme sucede mi vida, vuelven a mi mente cual consejo milenario guardado en el subconsciente. Dos de ellos que han estado rondando mi mente los últimos días y estas son:
“Saludando con sombrero ajeno”
El primero se refiere en general a como a la gente le gusta vanagloriarse con los esfuerzos o el trabajo de alguien más, presumiendo cual si fuera propio, pero no de manera solidaria o por orgullo de tu amigo / conocido, sino apropiándose de tal manera que hacen creer a otros que es suyo el trabajo o el mérito.
“La ropa no se presta”
Por otro lado la segunda frase se refiere a un hábito que mi madre nos inculcó que trataba de no pedir ropa prestada y además tampoco prestar la propia. Nada tenía que ver con egoísmo, sino más bien trataba de una manera de preservar los bienes y evitar enfermedades. Los demás nunca tratarán las cosas como nosotros, y la verdad caras vemos, hábitos sanitarios no sabemos.
Así que en mi casa, la ropa no se presta y ya.
En estos días y viendo que se ha puesto muy de moda eso de “pedir ropa” para shootings personales (y hay hasta quienes han “comprado” la ropa en tienda departamental y luego la regresan), solo he pensado en la mezcla de los dos.
Ya saben yo viendo comportamientos ajenos en redes sociales y en eventos: No finjan ser lo que no son, cuando traen ropa / objetos prestados. Dejense de andar “saludando con sombrero ajeno”, y para el público en general: laven la ropa que compran antes de ponérsela. | #AnaVolta, @ana_volta