El viernes pasado, el C3 Stage fue lugar de encuentro para tres bandas que están sonando fuertemente dentro de la escena musical del país: Reyno, Pumcayó y Tercerojo
La fila era larga para poder entrar al recinto ubicado en Av. Vallarta. Mayormente jóvenes de entre 17 y 21 años respondían al mismo estilo de vestir, con sombreros de fieltro, crop tops, mezclilla y tonos oscuros. Todos entusiasmados de ver a una de las bandas mexicanas actuales que ha tenido una fuerte aparición en las discusiones del futuro de la escena. Algunos de ellos lo suficientemente afortunados para asistir al Meet and Greet previo al concierto, que comenzaba 8:30pm según el itinerario.
Una banda prometedora para críticos y melómanos de la música alternativa. REYNO pasó por Guadalajara dentro de su gira de promoción del último disco, lanzado el año pasado: Dualidad. Con dos bandas invitadas, el dúo alternativo celebró sus cuatro años de trabajo en conjunto con la gente de Guadalajara. Tercer Ojo y Pumcayó prepararon al público para Reyno.
Las bandas invitadas exploraron en territorio de psicodelia musical, con atmósferas de teclados y sintetizadores por parte de Tercer Ojo y una poesía en las composiciones que Pumcayó interpreto posteriormente.
A pesar de la mala ecualización y sonido del lugar, los músicos se defendieron, demostrando sus bases que se solidifican en el conocimiento de sus composiciones.
Reyno subió al escenario en punto de las 11pm, con el público ya animado y en su mayoría portando parte de la mercancía oficial que vendían sus promotores en la entrada de la sala de conciertos. A pesar de que la banda son Christian Jean (en guitarra y voz) y Pablo Cantú (en batería y coros), tuvieron invitados especiales para acompañar en la interpretación de las canciones que fueron coreadas por sus fans.
La relación entre el público y los músicos siempre fue muy cercana, mostrando una comprensión amplia de las realidades del otro. Y esa es la magia del arte local: es mejor comprendido por quienes comparten ese contexto: jóvenes mexicanos con -probablemente- las mismas influencias y gustos musicales que los mismos músicos.
Así, los músicos capitalinos agradecieron a la Perla Tapatía, por sus ánimos y su compañía a lo largo de estos cuatro años de crear música con y para ellos.