Marcus Printup, trompetista estadounidense, visitó el Teatro Vivian Blumenthal de la ciudad dentro de los esfuerzos de FIMPRO y Cultura UDG. El ciclo de NY Jazz All Stars se reanudó con la presencia del quinteto de jazz que no se conformó con tocar un poco de jazz, soul y blues; sino que tocó las almas mexicanas haciéndose parte de un tributo nacional.
El quinteto está compuesto por un saxofón, batería, piano y contrabajo. Sumados a la trompeta de Marcus Printup construyeron un aura sensible muy versátil, pues tocaron temas tanto melancólicos, rayando en la balada clásica y también hubo aquellos que llevaron las memorias de carnavales y fiesta.
Desde el inicio de la velada Marcus no dejó de decir que México era una tierra con mucha alma. Siendo ésta una parte fundamental en su carrera: por la cantidad de canciones que tienen en su nombre esa condición únicamente humana a la que fácilmente se puede acceder con la música y el arte. El alma del público fue abrazada como Barry Stephenson abrazaba el contrabajo al sacar las notas más oscuras y vibrantes de él.
El público que asistió al concierto, a diferencia de muchos, fue muy variado. Adolescentes, jóvenes, adultos y mayores componían el espectro de asistentes. Parece que el público tapatío por fine está respondiendo al llamado de la música jazz: al trabajo que tiene ya más de una década para mostrar al género como una propuesta de música contemporánea con infinitas posibilidades y vertientes. Para todos los oídos.
Para finalizar la noche, Marcus se unió al tributo del luto de Juan Gabriel, ofreciendo un bello homenaje instrumental a una de sus piezas más memorables. El quinteto tomó la pieza de Amor Eterno y le agregó su propia interpretación, su cariño y su definición de amor; a fin de cuentas la música es otro idioma, que no necesariamente necesita palabras. Así terminó de ganarse al público tapatío, cantando con él y extendiendo su empatía y su entendimiento artístico con nuestra realidad.