Wie bitte? es quizá la frase que más digo en alemán y significa “¿Cómo perdón?” y la uso para decir de manera relajada “no entendí ni madres vuelva a repetirlo por favor”.
Tengo 3 años viviendo en Alemania y aún no puedo decir que hablo el idioma perfectamente.
Es realmente incomodo estar en una reunión donde todos rien y tú no porque no entiendes de que se trata la platica y cuando te explican el chiste simplemente no tiene la misma gracia. Es también frustrante estar enferma y no poderle explicar al doctor detalladamente como te sientes.
El lado positivo de todo esto es que me he vuelto más sensible al lenguaje corporal, gestos y tono de voz para ayudarme a saber que es lo que esa persona me quiere decir. He descubierto también que hay un lenguaje universal a base de sentimientos. Cuando una persona te ofrece una sonrisa sincera, sin decir una sola palabra te manda un mensaje positivo y le puedes contestar con otra sonrisa. Al igual cuando una persona te lanza una mirada de rechazo lo entiendes por que lo entiendes.
Una de mis historias favoritas sobre este “idioma universal” del que les hablo es cuando conocí a la madre de mi novio. En ese tiempo mi alemán era sumamente limitado y ella por su parte tampoco habla inglés o español. Nos presentaron y hubo un click inmediato, supongo porque tenemos algo importante en común, amamos al mismo hombre. Después de un par de horas estabamos las dos solas sentadas en la cocina, bebiendo café y muertas de risa. No recuerdo bien de que hablabamos o de que nos reíamos pero vaya que no entendiamos. Su mirada y su sonrisa me decían que le daba gusto conocerme y que estaba feliz por ver feliz a su hijo.
Mi vida ahora transcurre en tres idiomas: inglés, español y alemán. A veces tengo la sensación que un buen día me volvere loca y que terminare sin hablar ninguno de los tres. Y entonces muda me dedicare sólo a observar y comunicar con sonrisas.