Existe un acontecimiento fascinante, un camino milagroso de gestación para que la canción llegue en vivo a su escucha; desde que el autor concibe la melodía, hasta el proceso final de liberación, cuando los demás integrantes aportan desde sus instrumentos, y la canción logra formarse, y de ahí a interpretarla en vivo, frente a sus fans, que han venido escuchando aquella melodía a lo largo de su vida, lo que hace del acontecimiento en vivo, el éxtasis de la comunión final de la música: el compositor frente a su público, su única razón de ser, ese momento apoteósico en que la canción es interpretada en vivo, acompañados de una muchedumbre que siente lo mismo, eufóricos y gozosos.
Por: Ulises Luna
Fotografías de Noé Blanco para Kä Volta
Este viernes cuatro de Agosto, en el foro C3 Stage, en punto de las nueve de la noche, (presumiendo un rotundo “Sold Out”), este acontecimiento se vivió durante dos horas desenfrenadas de tan esperado encuentro, cosa que jamás había ocurrido en nuestra ciudad, la presentación inédita del grupo de rock progresivo Anathema, formado en Liverpool en 1990. La primera explosión se dio con “Untouchable, Part 1”, una de sus canciones más emblemáticas, y entonces el desenfreno que sólo la música puede provocar se desató en el recinto de C3 para desembocar inmediatamente después en “Untouchable, Part 2”. El vocalista Vincent Cavanagh, saludó su público con un buen español, para luego, -en su lengua natal-, asegurar que Guadalajara se ha convertido en su ciudad favorita.
Luego de estas dos melodías clásicas de su repertorio, la banda dio seguimiento al concierto interpretando cuatro de sus nuevas canciones de su nuevo disco, lanzado en el 2017, “The optimist”: “Leaving It Behind”, “Endless Ways”, “The Optimist”, “Thin Air”. Después el grupo interpretó “Dreaming Light”, otro de sus clásicos indiscutibles, para regresar a la presentación de su nuevo álbum con las canciones “Ghosts”, y “Can't Let Go”. El grupo siempre interactuando con el público, se mostraron felices y sencillos.
La audiencia, enajenada, siguió el camino cantando al unísono sus melodías, dando por terminado ese ciclo milagroso, donde el músico y el escucha se unen para completar el ritual, acompañando los clásicos: “The Storm Before the Calm” “The Beginning and the End” “Universal” para cerrar estrepitosamente con “Closer”. Luego, el encore, regresa generoso con “Deep” “Pitiless” “Forgotten Hopes” “Destiny Is Dead” “A Natural Disaster” y cierra definitivamente con “Distant Satellites”.
La música siempre será un acontecimiento indescriptible, como en este caso, el grupo inglés Anathema nos obsequia, esperando para compartir con ellos una noche más, en un futuro esperemos muy cercano, con motivo de algún nuevo álbum, o tan solo por el gusto de repasar tantas canciones que nos han acompañado a lo largo de nuestras vidas, y cantarlas a todo pulmón, eufóricos, nuevamente.