Según muchas religiones, el “Infierno” es el lugar donde, después de la muerte, son torturadas eternamente las almas de los pecadores. El viernes pasado en C3, la única tortura que se vivió fue el intenso calor a falta de ventilación en el venue, el resto fue pura sabrosura y puro vacilón a lado de Sonido Satanás.
LNG/SHT el proyecto del originario de Cancún prendía la tarima con una previa polémica, ya que en su cuenta de facebook publicó una crítica al foro diciendo que, los venues que le cobran al artista un porcentaje por vender su “merch” son una puta basura. Con el ambiente calientito y casi tres horas después de que se abrieron las puertas, “les juro que si llego” salía de la boca de Gastón para hacer eco en las voces de los asistentes que corearon cada rola que Cat Scratcho sonaba desde las tornamesas.
El arrabal del averno, seis años de cumbia infernal eran el pretexto perfecto para armar “el party” porque eso fue lo que se vivió, más que un concierto, era una fiesta, amigos, conocidos, ligues y los protagonistas (Sonido Satanás) cotorreando desde el inicio con los asistentes. Suavicrema alistaba su equipo y dejaba sonar los primeros beats cumbiancheros provocando gritos en el público, Groncho ansioso, subía y bajaba las escaleras del escenario con una sonrisa y moviéndose con la hiperactividad que lo caracteriza. Llegaba el momento, los 3 de Santa Tere, acompañados del “Diablito” estaban sobre la tarima echando sus maldiciones con el signo de cuernos y la fiesta explotaba con el grito al unísono de todos los presentes: Sonido Sa-ta-nás.
Un desfile de invitados especiales entre los que destacaron el comanche (Master Plus) y Chris Trombón (Fanko). Por poco más de dos horas, todo fue locura y arrabal, olvidándose de la lluvia que azotaba la zona de Chapultepec, el respetable raspó la chancla con la Satán Cumbia y dio muestra que tal vez poco, pero hay apoyo por los proyectos locales.