Esta idea de que el terror necesita sangre, slash y machetes para funcionar es muy 2014. B&B nos recuerda los orígenes del thriller, una narración sutil para mantenerte al filo del asiento
Fred y Mark van a celebrar su aniversario de bodas de una manera un tanto rebelde: visitarán el hotel del hombre que un año antes acabara en la corte por discriminarlos a causa de su orientación sexual. Sin embargo la tensión rebasa la incomodidad cuando un ruso llega de visita y se muestra aparentemente agresivo con la pareja. Mark se muestra tranquilo, pero Fred se preocupa por el hecho de que Paul, hijo del hotelero, quien recién se confesó como homosexual con él, va a salir con el extraño visitante por la noche.
A partir de ese momento se muestra un dilema oscuro: Mark asegura que el ruso también es homosexual y ve a la pareja como rivales del afecto de Paul, mientras que Fred asegura que es un asesino y que la vida del muchacho corre peligro.
Esta historia llena de caminos intrincados, recuerda los personajes de los viejos thrillers, en lo que un personaje arrogante y otro temeroso se enfrentan al misterioso ser oscuro oculto en las sombras, confuso e indescifrable, mezclado con la imagen de los prejuicios y lo asumido por cada uno de los participantes en la historia, quienes van construyendo su propia idea de cada quién hasta que la realidad del misterio los golpea en la cara.
La pareja es interpretada por Tom Bateman (Kenneth Branagh’s Murder On The Orient Express, Amy Schumer’s Snatched) y Sean Teale (Bryan Singer’s Gifted, Ben Affleck’s Incorporated), el el dueño del hotel B&B es Paul McGann (Withnail & I, Doctor Who).
B & B, de Jon Aheame aún no tiene fecha de estreno en México, pero vale la pena estar atentos a su recorrido en festivales o posibles fuentes de streaming para disfrutar, en cuanto sea posible, de esta obra de suspenso moderna que no necesita de efectos ni exageraciones visuales.