Entrevistamos a Rosana Sanchez, directora creativa de Citlali, que este año cumple 50 años, de ser una de las casas de joyería tapatías más importantes que aún diseñan y fabrican en sus propios talleres
Citlali nació en 1968, eran tiempos en los que la plata no era valorada, las piezas hechas en oro eran las que dominaban el mercado. Es cuando entonces Francisco Sánchez, hijo de una familia joyera, decidió seguir la tradición familiar pero profesionalizando su labro con una pequeña empresa. Pensó fundar una marca que pudiese trascender y no solo crear “artículos bonitos”, estaba en la búsqueda de la identidad personal, que reflejara el país de procedencia, que fuese una joya recordable y que se distingue de lo que se podía encontrar en el mercado de ese entonces. Al principio sus principales ventas eran de turistas extranjeros que llegaban a nuestro país, por lo que poco a poco se fueron posicionando en los puntos más importantes, como Acapulco que estaba de moda, luego Cancún y Puerto Vallarta.
En ese entonces el gobierno apoyaba a las empresas que estuvieran relacionadas con la plata, para que lograran exportar y como ya eran del gusto del público extranjero, se colocaron en a Panamá, Estados Unidos, y Canadá, por mencionar algunos países.
Citlali se inspira para crear en culturas mayas. Muchos de los diseños estaban basados en códices, grecas, pirámides, que se convierten en delicadas y muy admiradas piezas que a su vez eran muy fáciles de combinar. Tan es así que muchos de estos diseños aún se siguen fabricando ya que son atemporales, y son los favoritos de quienes los adquieren.
Con el paso del tiempo se fueron incorporando motivos de la naturaleza, siempre cuidando que fueran mexicanos. No utilizan otros animales, frutos o flores que no existan en el territorio, jacarandas, jazmines, margaritas, todo lo que remonte a este país.
“Citlali nació en 1968, y yo nací en 1967, así que digamos que Citlali nace conmigo. “
Rosana se integra por primera vez a Citlali cuando tenía 15 años, y así mismo la marca prácticamente tenía la misma edad. Con ella aparecen las piedras preciosas y ámbares de Chiapas que desde entonces acompañan a la plata. No solo diseñaba si no que se involucró en diferentes procesos productivos, ayudaba a su papá a la venta, ayudó a crear los primeros catálogos impresos, colaboraba en todo así que aprendió el oficio desde muy pequeña. Tras 10 años de arduo trabajo sale para poner su propio negocio en otro giro junto a su esposo.
“… Creo que el legado más importante que tuve de mi papá es que me enseñó a trabajar.”
Luego de 17 años de trabajar en otro negocio, Rosana decide regresar a Citlali. Desde entonces han pasado ya siete años, ahora es ella quien dirige la empresa, acompañada por su padre, con quien aun diseña las colecciones, sin embargo ahora hay una estructura diferente. Se ha encargado de unificar, darle rumbo a la empresa, buscar asesorías empresariales, actualizarse, proyectar hacia el futuro es decir, darle una nueva visión a la empresa.
“Mi papá me transmitió la grandeza que tenía en Citlali, lo valioso que es cumplir el sueño de transformar aquello que está en tu mente en una joya, que no sabes a donde se va ir, ni quien lo va portar…”
En este momento Citlali sigue manejando los mismos materiales, la plata y las piedras naturales como la amatista, los cuarzos ahumados, los cuarzos rosas, el ámbar, las turquesas, y los lapislázulis como favoritos. También experimenta con cristales Swarovski por su brillo, pero sobre todo por los tonos rojos en perlas que son casi imposibles de conseguir en la naturaleza, salvo en el coral rojo que está en peligro de extinción, y por ende no se puede utilizar.
“… siempre el diseño del árbol de la vida es nuestro motor, el que nos guía… la tierra, de las raíces, el cielo, las ramas, los frutos… nos conecta con la divinidad, con los que somos nosotros, algo más allá.”
Este 2018, muy llenos de orgullo festejan sus 50 años, para ello tendrán una colección homenaje donde retomarán modelos de años pasados, que han sido los favoritos de la clientela por mucho tiempo, y los que recuerdan con mucho cariño. Servirán de inspiración y los encontraremos para renovados, en diseños más lúdicos. Los árboles de la vida, uno de los iconos más importantes de la marca, se contrapondrán a los mandalas, símbolos que llevan a la interiorización y que son los que hacen más evidente la presencia de Rosana en Citlali.
Al cumplir 50 años, esta casa joyera hace evidente su legado de tradición familiar, ya que no solo se ha heredado a Rosana el gusto por la joyería, si no que sus hermanas también cuentan ya con importantes marcas de ornamentación corporal, además su hija también ha mostrado gusto por la joyería, y se espera que ella en algún momento también se incorpore.
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