Hay bandas que son recordadas por diferentes situaciones, lugares, escenas y recreaciones, alguna experiencia, algún punto significativo de nuestras vidas, el recuerdo siempre queda ahí para bien o para mal. Para quien esto escribe Scorpions tiene un lugar especial en mis recuerdos.
Hoy vengo a compartir una de las situaciones de vida que me tocó vivir con la banda Scorpions. La primera vez que escuché a la agrupación literalmente fue mientras estaba en una mecedora con apenas 3 meses de vida, y aunque obviamente no recuerdo por mi mismo ésta situación, mis padres mencionaban la anécdota con frecuencia: “Yo llegaba de la escuela y tu papá te estaba arrullando con su música loca”. Eran las palabras que mi madre constantemente repetía.
Yo, para resolver mi duda, le pregunté a mi papá “¿A quién escuchabas?, ¿cuál era esa música loca de la que habla mi mamá?”, mi papá me ve al rostro de manera fija y solamente sonríe. “Escuchabas de todo, te ponía a Led Zeppelin, Electric Light Orchestra, Judas Priest, pero Rock You Like a Hurricane de Scorpions te hacía reír a carcajadas”. A mí se me hacía inconcebible reconocer este hecho. Y es que seamos sinceros, ¿Qué podía reconocer para reaccionar ante algunas canción en específico, y sobre todo a una canción pesada para sonreír como desquiciado? Poco después mi papá me confesó que el que se emocionaba a montones con la canción era él, y que efectivamente yo me moría de risa, pero era porque me columpiaba con mayor rapidez y me hacía muecas y bizcos, por eso mis risas.
Posteriormente, ya cuando estaba en el jardín de niños, tuve otra experiencia con Scorpions, pero en esta ocasión no era tan buena para la edad que tenía. A mi padre podría considerarlo un melómano de su época en toda la extensión de la palabra, y entre su colección de discos a un costado de su cama, había uno que llamaba mi atención por encima de los demás, era la porta de Acoustica, y es que en calidad musical es un gran álbum cuando tuve el valor de apreciarlo, temas como The zoo, Holiday y Wind of change, sabemos que son iconos de la banda. No obstante en aquel momento más que la música me daba miedo la portada, ver como una cabeza humana salía del suelo y estaba enredada entre cables de sonido, me parecía abominable y de verdadero pavor, pero bien es cierto que cuando se es niño, el masoquismo va acompañado del juego y las risas, y es que pese al sentimiento aterrador, me encantaba verlo.
Posteriormente Scorpions se quedaría como un recuerdo de mi subconsciente y un vago recuerdo aterrador de mi infancia. Sin embargo, los caminos nos volverían a juntar, y aquí el caso principal resultó ser uno de los videojuegos de mi adolescencia: Guitar Hero III, fue la edición que llamó mi atención y la de mis amigos, jugando en las “maquinitas” al salir de la secundaria, se convertía en un ritual, que tomaba espacio, tiempo y diversión, ahí recordé Rock you like a Hurricane, ese tema que de recién nacido me hacía reír a carcajadas, por el impulso en mi mecedora y los gestos de mi padre, todos esos recuerdos volvieron a mi gracias a un videojuego, un juego y una canción que influiría tanto en mi vida al punto de aprender a tocar y estudiar guitarra por el simple hecho de tocar las canciones que en él salían. Específicamente siendo Scorpions uno de los motivos. ¿La razón? Mi primera carcajada, fue con ellos.