Mario Bautista es un imán para las adolescentes, su música y espectáculo está pensado para un público muy joven. Chavos que apenas van saliendo de la primaria y de máximo 21 años
Fotografías: Ivonne Meléndez, @ivonneleslie
El recinto no es extraño para el joven cantante, y aunque no estaba lleno en su totalidad, puedo decir que era la concentración más grande de adolescentes que había visto. La euforia y energía de los asistentes hicieron que hasta el papá más apagado y deseoso de que fuera un show rápido se pusiera a bailar.
La noche fue un recorrido por las todavía pocas canciones que tiene, y es que apenas está forjando su carrera. Sin embargo, la presencia con la enciende a su audiencia es innegable, su energía y conexión con los fans son simplemente abrumadoras.
El concierto tiene de todo menos aburrimiento: es un recorrido por el reggaetón de moda, el pop más bailable y las baladas más melosas ever, con joyas en vivo como la canción de “Sabemos” de su última producción musical. Su producción es sumamente llamativa, luminosa, y poco menos que espectacular, y en conjunto con la música, el ritmo y la euforia, causa un efecto dominó, donde la audiencia parece explotar en cada tema del cantante.
Mario es un artista que se debe a sus fans (y a su manager), y conoce bien que su base de fans son todavía muy jóven, por lo que crea una ambientación donde los mantiene cautivados, por ejemplo durante el tema “Aquí Estoy” canción romántica que interpretó a capella para derretir a sus #Bautisters.
No pude evitar notar que es un artista todavía en su crisálida y en busca de un sonido propio, cosa que considero muy respetable. Por el momento su música y sus presentaciones son un lugar muy común, la fórmula infalible que hemos visto cientos de veces, verlo en vivo no es una experiencia inolvidable, ni memorable, (a menos claro que seas un fanático de hueso colorado). Todavía se puede ver a un joven tímido en el escenario aunque ávido de comerse al mundo muy, muy pronto.