Hay artistas que en cuanto suben un pie al escenario, están en su patria. No importa donde estén. Carlos Manuel Moutinho Paiva dos Santos Duarte, conocido artísticamente como Camané, es un cantante de fado cuyo talento conquistó la noche en la FIL
Como bien sabemos el país invitado de este año es Portugal, y la música más representativa de los vecinos de España se llama fado. Un género que nos recuerda un poco al bolero latinoamericano. El representante elegido para mostrarlo durante La FIL fue Camané.
Fotografías: Noé Blanco, @noeblancophoto
El fado, a diferencia del bolero, no se limita a hablar del amor y sus desventuras. Acompañado por la viola y la guitarra portuguesa, nos revela con delicadeza, canciones de melancolía, nostalgia o pequeñas historias del vivir diario de los barrios humildes.
Una melancólica velada
En un concierto íntimo y frío, Camané logró convertir una noche con pocas estrellas, en una velada nostálgica y majestuosa. No por nada es considerado uno de las voces más representativas del género.
La propuesta de Camané rompe la barrera del idioma. Nos une con un manto invisible de complicidad, de saber que a pesar de no entender portugués (los que sí saben el idioma no se pongan este saco), comprendemos la tristeza de su canto.
Otro de los mejores puntos del concierto, fueron los diferentes solos de la guitarra portuguesa. Sus doce cuerdas tienen un timbre inconfundible que resaltó en la explanada de una manera especial e inconfundible.
Por un momento del concierto salí para escucharlo desde la banqueta del recinto. Por algunos minutos vi el caos vial en silencio, como si una serendipia se les presentara en el alto del semáforo.
La velada fue un recorrido por las clásicas del fado. Desde “A la luz de Lisboa” hasta “Sai Do Um Rio”, para que Camané nos llevara a la bellas calles de Portugal con la intención de mostrarnos su rostro más humano.