El ocho de marzo se ha conmemorado internacionalmente el día de la mujer. Y me he quedado reflexionando si es diferente ser mujer en México y en Alemania
Alemania, un país catalogado como de primer mundo, esta sin duda muy avanzado en la equidad de género. Esto lo vemos incluso reflejado en que una mujer ha dirigido el país desde hace más de una década. La canciller Angela Merkel es considerada por Forbes la mujer más poderosa del mundo.
¿Pero en la vida cotidiana, el país teutón empodera a la mujer alemana y a todas aquellas que vivimos en él? Desde mi punto de vista sí hay un empoderamiento. Sin embargo, he podido descubrir que aún hay mucho que hacer en materia de igualdad de género también en Alemania.
Lo positivo
Me gustaría empezar destacando lo positivo, lo que creo que es más sencillo como mujer en Alemania.
La seguridad en general es mucho mayor tanto para hombres como mujeres. Se puede caminar por la calle en la madrugada sin temor a que alguien te ataque. Claro que existen casos de violencia hacia la mujer, pero son mínimos en comparación a los alarmantes números en México.
Cuando una mujer denuncia una agresión no se le juzga por su vestimenta “provocativa” o se le cuestiona por qué estaba caminando sola en ese lugar. Se levanta el acta y se le protege, se recibe apoyo legal y psicológico.
La maternidad en Alemania no es sinónimo de renunciar a tu carrera laboral. Por ley puedes tomar 6 semanas antes del parto y 8 semanas después de la llegada del bebé. También se tiene la opción de alargar hasta 18-24 meses la incapacidad y este tiempo se puede dividir entre la madre o el padre. No se recibe el 100% del sueldo, pero si entre un 65-70% aproximadamente. La empresa debe conservar el puesto de trabajo para cuando la madre decida regresar. Dependiendo de la empresa, la madre puede regresar a trabajar por medio tiempo, sólo 30 horas a la semana o incluso trabajar desde casa si sus actividades se lo permiten.
Siento también que a las mujeres alemanas se les enseña desde pequeñas a amarse más y ser más seguras de sí mismas. Se le enseña que su valor no en la talla de jeans que usa.
En Alemania no se ven tantas clínicas de belleza donde se ofrezcan depilaciones, tratamientos para celulitis, masajes reductivos, etcétera como los he visto en otros países. Accesorios como la faja moldeadora o los jeans que levantan las pompas son prácticamente inexistentes. Esto es un reflejo del amor propio y aceptación que se tienen las mujeres alemanas.
Lo negativo
La primera vez que vi los tabuladores de sueldos, donde se hacia la distinción entre hombres y mujeres no podía creerlo. Abiertamente una mujer en Alemania puede ganar 21% menos que un hombre por el mismo trabajo. Esto varía en cada empresa, por ejemplo en la empresa que trabajo los sueldos depende de tus capacidades intelectuales y no de tu género.
En México la brecha salarial también existe, pero no está publicada abiertamente en los tabuladores. Me atrevería incluso a decir que sería ilegal si abiertamente se dice alguien or ser mujer vas ganar menos.
Esta brecha salarial la justifican las empresas alemanas con que el hecho de que la mujer tiene derecho a una incapacidad por maternidad mucho más larga que en otros países.
En Alemania también existen chistes o expresiones muy negativas. Clichés como que por ser mujer en Alemania no se sabe manejar correctamente o la palabra “Mädchen” que significa niña o chica tiene una connotación negativa. Expresiones como correr o lloriquear como niña son recurrentes en la vida cotidiana de los alemanes. Recientemente una mujer fue nombrada CEO de la empresa en la que trabajo y me toco escuchar a un hombre decidir “ojalá pueda con la responsabilidad del trabajo y la menopausia al mismo tiempo”.
No hay país perfecto. ?ero sin duda Alemania va por buen camino en igualdad de género. Ofrece a todas las mujeres que vivimos en este país seguridad y oportunidades para crecer laboral y personalmente.
Me llena de tristeza saber que las mujeres mexicanas no puedan gozar de esa misma paz y oportunidades, que exista tanta violencia en nuestra contra y no se haga nada. Ojalá algún día podamos mirar atrás y que esto ya no suceda más.