Justo aquí y ahora, en este inexporable, sagrado momento….
las gotas de lluvia corren por la ventana de mi triste apartamento,
jurando VENGANZA , a lo que los dioses nos dieron cómo regalo…
le llamamos amor, respiramos con odio, lo olvidamos de inmediato.
Quremos probrarnos que los sueños son reales y alcanzables,
y nos olvidamos que así mismo los miedos se vuelven reales;
que los fracasos, sobre nuestra espalda, son imperdonables,
y sí los abrazos de ajenos se transforman en seres celestiales.
La realidad ya no existe en nuestros dedos.
el color triste de tus ojos se escapa de mí en un agujero negro;
la debilidad de tus acciones rompe la bravura de tus palabras,
y solo llego a mí almohada, deseando poder besarte por la mañana.