Con hilos rojos y verdes, de violencia y de esperanza, el colectivo Bordamos por la paz en Jalisco realiza cada domingo un acto contestatario y formador de vínculos a partir de tejer en pañuelos los nombres y datos de todos los afectados por la violencia en México en todas sus terribles formas
Bordamos por la paz existe desde el 2012, como una secuela de los actos de la asociación con el mismo nombre en el Distrito Federal y en Monterrey, una especie de actividad en cadena. Ya han pasado tres años y las cosas políticamente han cambiado. Hoy, la consigna de quienes bordan pañuelos por las víctimas de la violencia en México, se ha vuelto aún más numerosa, porque la sangre, la impunidad y el dolor de nuestro país no mengua y no a muestras de que lo hará algún día.
Esta es una entrevista que le hice a Teresa Sordo, quien coordina las actividades de Bordamos por la Paz, en el estado. Cuando me acerco la encuentro bordando los nombres de los policías que murieron en el atentado de la carretera Mascota-Las palmas.
Le hago algunas preguntas mientras otros miembros del colectivo siguen bordando, esta es parte de la experiencia de doña Teresa Sordo:
Los aprendizajes obtenidos en estos años:
Es muy fuerte, hemos aprendido todo lo que hace falta cuando inicias un colectivo: la tolerancia, el respeto a las opiniones de los demás, el valor del trabajo en equipo, la fortaleza y la resistencia y el compromiso de dejar esta huella y de continuar. Me parece que lo más básico es lo primero es eso que nos ayuda a convivir como seres humanos y que hemos perdido: la confianza. El poder platicar con alguien que jamás habías visto y que te cuente su historia porque llega a bordar, es eso.
El acto de la paz con el hilo:
A mí el hecho de bordar por sí mismo me es muy tranquilizador, me relaja; cuando escojo lo que voy a bordar normalmente pienso sobre ese caso, ahora estoy bordando los nombres de los policías que murieron en la emboscada en la carretera Mascota-las Palmas, mira, son quince nombres por eso es un pañuelo largo y pues, básicamente pienso en eso, reflexiono y de una manera más amplia, esto es la fuerza que se necesita para seguir transcribiendo estas historias, bordarlas, es un trabajo de mucho compromiso, ese es el valor más grande que tiene este trabajo de bordar por la paz.
Lo que deja el contacto constante de quien sufre:
Es una especie de acompañamiento hacia las personas que están pasando por ese dolor, pero también es una forma de que los que no hemos pasado por algo así hacer algo, en realidad esta violencia nos afecta a todos. No sólo ellos, nos afecta que haya familias heridas por ese dolor, entonces es hacer cada uno su parte.
Paz generadora de cambio:
Yo creo que sí hemos generado un gran cambio denunciando y creando reflexión; no todo mundo borda, y no todo mundo quiere bordar, pero mucha gente participa donándonos material; lo más importante es que todos pueden leer los pañuelos, eso es lo básico; el que bordemos pero tengamos un lugar dónde exhibirlos y que la gente pueda leerlo, es un asunto de familias que las víctimas vienen de una familia y los victimarios vienen de una familia, es un asunto que nos llega a todos así lo queramos o no.
¿Cómo generar un vínculo?:
La gente pregunta, leen y si no leen les pedimos que lean, hay gente que después de leer no quiere bordar, pero ya después está bien, porque así borda el que realmente quiso, son desconocidos y se va formando, entonces un lazo, y después encuentras a quien bordó una historia o él se reconoce, es muy padre, es también bordarnos unos a otros.
Familias Unidas por Nuestros Desaparecidos
Conozco a las mamás de FUNDEJ, el 10 de mayo hicieron su manifestación, y entonces decidimos que sería bonito iniciar a bordar sus pañuelos, lanzamos por redes sociales la convocatorias para bordar en el parque y en tres fines de semana bordamos 110 pañuelos y se los llevamos en la marcha el 10 de Mayo.
21 de Junio a las 10 de la mañana en la plaza liberación y vamos a llevar los pañuelos para acompañarlas
Activismo
Soy una activista del bordado, es otro idioma pero es un grito también.
A mí me movió el decir que teníamos que hacer algo, nosotros iniciamos aquí a hablar de la violencia cuando no se hablaba de esto en ningún lugar, comenzamos a exponer la violencia de otra forma, no con más violencia, porque nosotros no tenemos equipo de sonido para decirles a todos que pasen a bordar, es para el que quiera y se acerque, es una forma silenciosa porque a pesar de que te puedo estar echando un rollo nada se compara con que leas lo que dicen los pañuelos, entonces sí es un activismo.
Sigo convencida de esto, estoy muy satisfecha, me parece que una vez que iniciamos se comenzó a tratar el tema en el radio en los medios, antes de eso no se hablaba, porque teníamos miedo, nos daba miedo hablar de eso, eso fue lo que descubrimos aquí: la necesidad de la gente de hablar, había gente que llegaba y no bordaba, venía a hablar nada más a darle sentido, es eso, darle un cuerpo al dolor, que todo tenga sentido: como todo es un enorme sin sentido hablar es una de las cosas que conseguimos, creo que sí lo conseguimos
Mi forma de pensar no ha cambiado: hay que seguir, aunque ya hay una conciencia y la gente lo habla y lo razona, a pesar de que se usen diferentes colores para el bordado, la violencia es la misma, la misma violencia del papá que patea a sus hijos, o los niños que se desquitan con el animalito y del sicario que toma un arma para matar por dinero, la violencia es lo mismo, es la misma violencia para todos.