Por: Ashanti Ahumada | Ilustración de Lilian Pepper
Capricho.
(Del it. capriccio).
1. m. Determinación que se toma arbitrariamente, inspirada por un antojo, por humor o por deleite en lo extravagante y original.
A veces conoces a alguien y hay un “clic” (qué es “clic” exactamente sigue sin definirse) entonces salen, el tiempo pasa y cuando menos lo piensas empiezas a sentir algo entre las costillas, muchos lo describen como mariposas en el estómago, como que todas las canciones tienen sentido o que tu vida en general lo tiene… y bueno, hay un sinfín de formas de describirlo.
Para muchas personas como yo puede llegar a ser agobiante y pesado. También hay que tomar en cuenta que el tiempo es relativo, para algunas personas puede tomar meses desarrollar este sentimiento pero para otros toma poco, muy poco. Entonces llegas al punto en el que debes preguntarte ¿De verdad quiero esto o es sólo un capricho?
Para mí, la mayor parte del tiempo la respuesta ha sido la segunda, siempre me vuelvo un ser algo posesivo y tiendo a pensar que la otra persona es responsable de lo que siento, de mi estabilidad emocional. El amor puede ser muchas cosas ¿Pero qué tipo de amor profesamos? Hasta hace poco yo sólo conocía el amor romántico, el amor incondicional, el amor con sacrificio, el del príncipe azul, el de las canciones de Agustín Lara y los poemas. Esto me llevó a tenerle miedo, a que duela.
Poco a poco he entendido que al estar con alguien más no pierdo ciertas partes de mí. Qué no hay porque decirle adiós a mi libertad o sentir que me ahogo y sobre todo que (alerta de cliché) tengo que disfrutar estar conmigo misma esté acompañada o no, tengo que respetarme y entonces la otra persona sabrá hacer lo mismo conmigo y no por mí.
Sigo en el proceso de dejar en claro todo esto, porque desde que tenía 17 comencé mis relaciones así, siempre esperaba y esperaba, un cuento, un príncipe azul, pero jamás llegaba.
Y es que cuando veía las películas de princesas nadie me dijo que en realidad nadie tiene que salvarme, ni que yo tampoco soy responsable de salvar. Tampoco me dijeron que hablando se arreglan las cosas, entonces yo creaba problemas, peleas y siempre terminaba lastimando a alguien más y a mí. El amor es muchas cosas, desde una palabra hasta un café, pero ¿realmente sabemos apreciarlo o siempre estamos esperando más? ¿O siempre buscamos un capricho más?
Hace poco pasé por algo que me abrió los ojos, empecé a salir con alguien y de repente esa persona despareció, me dolió bastante pero fue la última vez que hice responsable a alguien más de lo que siento o hago y aunque no terminó bien, aprendí que hay muchas cosas en mí que necesitan acomodarse (otra vez “cliché” pero por algo le llaman así ¿no?), así que mientras escribo esto, sigo arreglando los cajones de mi vida, a veces encuentro cosas que no me gustan, pero sé que así va a ser siempre y si sigo sin ordenar, los resultados serán los mismos, no importa quién llegue.
¿Ustedes han sentido la misma confusión? Y si la han sentido ¿qué hicieron para cambiarla? Y si no lo saben ¿podemos hacer un grupo de ayuda? Igual y encontramos la respuesta, o no.