Lo fans de Carla Morrison abarrotaron el Teatro Diana para recibir a su musa, la que los inspira a cantarle al amor y el desamor, la que los lleva de la risa al llanto en cada show.
Y es que la cantante sabe dejarlo todo en el escenario, su pasión se desborda en cada tema, en cada estrofa que entona con sentimiento, como si se la dedicara a alguien, moviendo fibras sensibles en quienes la escuchan. La tijuanense se reencontró con los tapatíos para presentar Amor Supremo, su nueva producción.
La noche arrancó con “Un Beso”, primer sencillo que se desprende del nuevo álbum, y desde el inicio vimos a una Carla contrastante, por un lado llena de energía que se movía parsimoniosamente con la música, sonriente y feliz de estar ante sus fans, pero por otro lado vimos a una Carla seria, ceremoniosa y desgarradora en cada canción que interpretaba, éstas son las dos caras de la Morrison.
La noche fue un ir y venir de sensaciones a flore de piel, cada tema, nuevo y “viejo” evocaba en los asistentes recuerdos y emociones, algunos gratos algunos no tanto, y es que de eso se trata la música de Morrison, todo gira alrededor de las emociones humanas, desde “Soledad”, “Déjenme Llorar”, “Mi Secreto”, o “Hasta la Piel”.
Carla se percibe contenta y agradecida en el escenario, se nota en su ambiente rodeada de la gente que tanto aprecia sus composiciones y que incluso se lanzan a abrazarla y ella los recibe, literalmente con los brazos abiertos. Ya hacía algun tiempo desde que Carla Morrison se presentaba en Guadalajara, lo que hizo el reencuentro aun más emotivo, y sus seguidores se mostraban agradecidos y felices de por fin tener de regreso a la Morrison con nuevo material bajo el brazo.
Fotografías de Noé Blanco para Ka Volta
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