Esta mañana (escribo esto Jueves 10 de Marzo), me dijeron que un amigo había muerto.
Sentí demasiadas cosas en mi interior. No podría preguntar “¿por qué?” o “¿cómo había pasado?”, hace mucho tiempo sabíamos que estaba enfermo, y que las cosas se habían complicado, pero…
Sentí una inmensa tristeza, era alguien que había vivido su vida muy feliz y me habría gustado verlo más tiempo así.
El Ciclo de la Vida
Desde entonces no he parado de pensar que todos vamos a morir, es parte del ciclo de la vida, mas cuando sucede, no podemos evitar sentir la pérdida.
No es el primer amigo que muere, sin embargo me preocupa haber entrado en la etapa donde la gente que aprecias mucho empieza morir. Digo, ya pasé la fase de los embarazos prematuros, luego cuando todo el mundo se casa, después la etapa de los embarazos – otra vez -, y se supone que estoy en la etapa de los divorcios.
Supongo que me ha dolido más por que ésta persona marcó mi vida.
Debo ser sincera, él fue una persona muy peculiar e importante en mi vida, a pesar de no ser “de mis mejores amigos” siempre fue una persona que estimé demasiado, fue de las primeras personas que apreciaron mi trabajo (aun recuerdo la primera cosa que le diseñe freelance), gracias a él pude trabajar en dos de las agencias más importantes en las que he estado, conocí a gente bien chevere por el, la primera vez que bebí pulque fue a un lugar en Xochimilco que él me llevó y teníamos un par de proyectos en este momento trabajando.
Fue de los primeros bloggers que leí (y en ese entonces no era blogger, solo tenía un blog random de cine), y también uno personal, fue la primera vez que leí a un hombre hablar de lo que sentía tras divorciarse (ese post marcó muchas cosas para mi).
El adiós para siempre.
Decir adiós no es tan difícil como cuando tienes que ir a un funeral. A mi en lo personal, no me gustan los funerales. Nunca me han gustado. Entiendo que sea un acto para dar el último adiós y acompañar a los dolientes; para desahogarse de la pérdida, o simplemente para dejar ir.
El último funeral al que fui, quizá fue al de un primo hermano. Fue muy triste para mi darme cuenta que solo lloraba por que no había aprovechado mi tiempo junto a él; en mi cara se estrelló la sensación de que no había aprovechado mi tiempo como era debido, que a veces ponemos demasiados pretextos o que nos hacemos miserables en lugar de gozar nuestras vidas todos los días.
Creería que esta reunión, debería ser un momento para que todos recordemos lo bien que lo pasamos con esta persona, que ramos de las cosas que hicimos, nos dijo o pasamos. Es valido estar triste, al final sabes que esta persona ya no estará, pero además sería genial regresar a casa y tener en mente que tenemos que disfrutar más , bailar más, comer más que no queda tanto tiempo.
Por eso no voy a los funerales por que no quiero estar triste, quiero despedir a la persona diciendo: