Como es hábito ya, después de una extensa y rica clase magistral, un músico de jazz profesional volvió al Teatro Vivian Blumenthal para dar su concierto. Esta vez, un músico venezolano educado musicalmente desde muy joven en Estados Unidos, en piano clásico. Tanto sus raíces latinoamericanas como su formación clásica se dejaron ver en las piezas que presentó la noche del 9 de junio.
Con títulos propios y ajenos, el trío de Edward Simon, conformado por Joe Martin en el contrabajo y Adam Cruz en la batería, dilató el espectro musical que el grueso del público esperaba escuchar. Se tocaron temas que rayaban en lo clásico, con melodías rígidas en el piano, mientras la batería no parecía poderse contener de la energía caribeña y latinoamericana que se escondía detrás de los acordes de Edward Simon.
En los temas que nombró el pianista, salieron a relucir los títulos “Libertango”, “Poesía” y “Capullito Verde”, que más que los otros, inyectaron directamente el espíritu latino en sus ritmos y frases.
Las raíces de este lado de la frontera con los anglosajones se vieron respetadas y homenajeadas, inspirando el baile y los constantes gritos de ánimos y goce por parte del público.
Las piezas que Edward Simon expuso fueron como una introspección en el movimiento vivo de un pensamiento. Va de un lugar a otro, construyendo ideas y desarrollándolas en diferentes contextos. Como los sueños, esa red de pensamientos previa a la inconsciencia total de quedarse dormido. De repente se retoma el tema principal, el tallo original; pero igual podemos terminar en un lugar diferente al inicio: y a fin de cuentas ése es el fin de la Razón Humana, avanzar, moverse y evolucionar.