La banda de Kemi, Finlandia, que ha marcado la pauta del power metal, se presentó en el C3 Stage
Fotografías: Noé Blanco
De una banda con casi 20 años en la escena musical se pensaría que sus fanáticos tendrían una edad que estuviera acorde a la época en que ésta tuvo su esplendor, no obstante, al ser una agrupación que toca en un género tan diversificado como el metal, Sonata Arctica demostró que la edad no es una barrera ni un margen para segmentar a sus seguidores, esto durante su show del 3 de junio en el .
El foro, impecable (como ha sido una costumbre). Parece que cada vez este sitio está mejor adaptado y listo para presentaciones de artistas de tal jerarquía. En esta ocasión los precios de las entradas estuvieron entre los 570 a los 950 pesos; éstos volaron.
En el show, pese a quien llegó tarde, habrá que reconocer la capacidad de Sonata Arctica, para sintetizar su setlist en un espectáculo que tenía que darle gusto a la mayoría.
Tonny Kakko, Tommy Portimo, Passi Kauppinen, Henrick Klingenberg y Elias Viljanen salieron a toda monta, preparados con un espectáculo digno para el recuerdo, con piezas de todos los discos, desde “Ecliptica” hasta “The ninth hour”. La banda abrió con “We are what we are”, y tras un corto saludo, “Closer to an animal” fue la encargada de iniciar la velada en la que los asistentes al foro trataban de centrarse para estar lo más cerca posible de la banda.
Dos temas después, llegó uno de los primero éxitos de la banda, pues pese a su reconocida trayectoria, hay temas que identifican un show. El detalle especial llegó al cuarto tema: “Tallulah”, que está considerada como una de las mejores baladas metal por listas como las de NME y Rolling Stone; inmediatamente se notó en su penetración con la gente, pues todo el público cantó a todo pulmón el tema.
Tras algunas otras canciones como “Life”, “Among the shooting stars” y “Fairtayle” fueron las más pedidas por el público, quien es testigo de la evolución que Sonata Arctica ha tenido.
La banda en sus últimas dos producciones discográficas han manejado una especie de clicks pregrabados antes de algunos temas, ese fue el caso de “Abandoned”, “Pleased”, “Brainwashed”, “Exploited”.
Con una conexión muy común entre seguidores y banda, las melenas al aire, un show sin ningún contratiempo y una propuesta generalmente atractiva, la noche pareció ser un éxito.
La gente estaba satisfecha y a la banda se le vio entregarse de manera cómoda. Los solos de guitarra de Elias sonaron de una manera excepcional, las notas resonaron al ritmo de las famosas “cabalgatas” del power metal.
Tras 11 temas (13 si contamos los “click”) llegó el encore; regresó solamente Elias para dar comienzo a “The power of one”, para que después regresaran todos los integrantes y terminar dicho tema.
Finalizaron con “I have a right” y “Don’t say a word”. Los seguidores se retiraron contentos tras haber disfrutado un excelente espectáculo.