¿Qué tanta codez has llegado a sentir en tu vida? ¿Qué tanto has llegado a contar centavos en algún momento de tu vida con tal de ahorrar un poquito más? Piensa en ese gasto importante que más te ha limitado, no le llegará ni a los talones al estilo de vida de François, el protagonista de “¡Qué tacaño!”.
Mantener la calefacción apagada, ignorar la fecha de caducidad de los alimentos, esperar a que prenda el foco de la calle para iluminar la noche… así vive este hombre que no se permite gastar ni un centavo de más, llevándose de corbata a los miembros de su comunidad e ignorando los sentimientos oscuros que despierta en los demás, todo con tal de mantener su manía vigente.
Sin embargo no hay avaricia que dure cien años, pues este Scrooge de la era moderna está por contactar con sus sentimientos al conocer a una compañera de la orquesta en la que toca el violín, quien queda encantada con su habilidad musical. Al mismo tiempo, descubre con horror que tiene una hija de la que no se había enterado. Ambas creen que el hombre es un santo, entregado al arte y a la caridad, que tiene un estilo de vida holgado para donar más a los pobres, sin imaginarse la realidad que ocultan.
“¡Qué tacaño!” es una película francesa divertidísima, llena de situaciones absurdas que nos hacen encantarnos con un personaje bastante rancio y que además rompe ese cliché del cine francés lento y reflexivo, que si bien puede igual ser maravilloso, no es lo único que sale del país de la Torre Eiffel.
No pierdas la oportunidad de reír a carcajadas con “¡Qué tacaño!”, en cines a partir del 14 de julio.