Hace unos meses llegó el primer trailer de la nueva entrega de Spiderman, la tercera versión en cine, segundo reboot y primer producción en la que Marvel se involucra como estudio
Si bien hubo quejas por parte de los fanáticos a causa de que esta cinta pareciera narrar la historia de principio a fin, el resultado: Spiderman: de regreso a casa es impresionante y sorprendente.
En esta ocasión nos topamos con un Peter Parker joven, de apenas 15 años, quien tiene que lidiar con las dificultades de la prepa, conquistar a la chica que le gusta y al mismo tiempo combatir el crimen y satisfacer a su mentor, Tony Stark, a.k.a. Iron Man.
Evitando los spoilers, se puede decir que esta película decide dejar de lado la pretensión de profundizar en cada faceta del arácnido, su drama familiar, su gran IQ, su trabajo como fotógrafo; pero no por eso deja de abordar cada temática mostrándonos al Peter Parker más auténtico que se haya encarnado.
Tom Holland y el resto del elenco –incluido un Michael Keaton una vez más alado y Marisa Tomey como la ahora joven Tía May– ofrecen una gran interpretación, porque se logran matizar los tintes de comedia, drama y acción que caracterizan las historias del amigable vecino Hombre Araña.
La mancuerna de Sony Pictures y Marvel Studio se concreta con una entrega que encaja perfectamente con sus predecesoras en el Marvel Cinematic Universe, con elementos del resto de los filmes que son grandes homenajes a los cómics originales.
Incluso aquí se muestra la primera referencia en cine sobre Los Defenders, el grupo que estrenará serie en Netflix este agosto.
Ahora, con todo el hype de un fanboy saliendo del cine, puedo decir que nuestros temores sólo fueron infundados: Spiderman: Homecoming triunfó.