El C3 una vez más fue el recinto donde un ícono internacional del metal sinfónico se presentó para dejar a los tapatíos con la boca abierta: Tarja Turunen
Por Joanna Rubio, fotografías de Noé Blanco para Kä Volta
Tarja Turunen demostró que el talento, experiencia y profesionalismo son la receta infalible para permanecer por casi 20 años como referencia indiscutible en al mundo del metal. Por un lado su potente voz capaz de cubrir amplios rangos sonoros se adueña del escenario, su personalidad y carisma se adueñan de tu alma.
La banda telonera suiza Ragdoll Sunday fue la encargada de abrir el concierto, aunque dudo que alguno de los presentes los conociera, la energía que proyectaban contagiaron de buena onda a todos y calentaron los motores para que desde el principio de la noche nadie se queda sin mover la melenita.
Tarja salió al escenario de manera ultra puntual, a las 9:30 en punto su voz atrajo a todos al frente con un clásico saludo en español “Buenas Noches Guadalajara”, durante todo el concierto la ex vocalista de Nightwish se dirigió al público en español y era tal su dominio del idioma, que hasta nos sorprendió con una versión acústica de “Cielito Lindo”, muy ad hoc como homenaje a los afectados por el sismo del pasado 19 de septiembre.
Si eres o fuiste fan de Nightwish bien sabrás que Tarja comenzó a estudiar música desde la edad de 6 años, bueno, pues se nota, la calidad de cada una de las interpretaciones, la excelencia de sus músicos y la variedad de trajes que utilizó entre canción y canción, hacen de la presentación una excelente opción para conocer o redescubrir su trayectoria.
Hay artistas consagrados de los cuales no se puede decir nada malo, que están más allá de elementos técnicos en sus presentaciones, que no necesitan llenar foros para mostrar su calidad, esos son detalles que menos importan cuando estás absorto disfrutando de lo que es un veredero concierto que respeta a los asistentes, desde la organización la puntualidad y la música, Tarja Turunen indiscutiblemente conquistó Guadalajara, y el C3 fue testigo de ello.
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