“La rareza del artículo se mide por el deseo del corazón que lo busca.” ― Sarah Waters
Por Adolfo Bedoy. Fotografías de Noé Blanco para Ka Volta
El sábado pasado, por la noche, en un ambiente de sorpresa y sueños, varios de nosotros pudimos ser capaces de presenciar un espectáculo que, aunque austero en cuanto a producción se refiere, estuvo lleno de energía, técnicas musicales y teatrales un tanto eclécticas, así como la calidad magistral de un proyecto que se nota ha ido madurando a través del tiempo.
El famoso proyecto francés llamado Igorrr, liderado por el compositor Gautier Serre nos deleitó con un ritual excelso. La catedral de dicho evento fue el ya conocido C3 Stage, con un cupo medio a lleno, dándonos oportunidad a todos de movernos y estar a nuestro gusto. Una velada impresionante. Con ustedes en Kä Volta, Igorrr en Guadalajara.
Arrancamos esta reseña dividiendo la misma en ciertas partes dignas de distinción. Para comenzar, nombraré la puntualidad y respeto hacía el público reunido el pasado 10 de febrero. De este modo, todos nosotros recibimos una carga de energía anímica que no se hizo esperar en un estallido de euforia al momento de la primera canción. Gran detalle el siempre cuidar cosas como ésta.
Hago un paréntesis para explicar el miedo colectivo que se vivía poco antes de iniciado. Como sabrán, ésta gran banda no cuenta con más instrumentación en vivo que una batería y dos poderosas voces. Esto hacía que varios nos preguntábamos si el concierto estaría a la altura de las expectativas. ¡Qué ilusos fuimos!
Continuamos comentando sobre la gran potencia, habilidad y proyección vocal de ambos músicos en el escenario. Pues en la fusión sonora creada por esta agrupación, donde convergen el black metal sinfónico con toques barrocos y la música electrónica, es difícil que la voz humana se pueda mantener o brillar de la mejor manera. En ambos casos, fue logrado con maestría. Tanto la cantante soprano Laurene Le Prunenec, y el cantante Laurent Lunoir, invadieron el espacio del lugar con poderosas melodías, momentos musicales poco conocidos o explorados, y un
derroche de profesionalismo total. Grandes manejos de su instrumento fueron entregados al por mayor durante la noche. Simplemente excelsos en su interpretación.
Para terminar, agrego esas pequeñas cosas que causaron un gran impacto dentro de nosotros mientras éramos parte de su ritual. El sistema y manejo de luces de principio a fin fue impresionante. Tal es el caso, que incluso por momentos, daba la impresión de movimientos erráticos y hasta desapariciones corpóreas. Todo esto, perfecto para el corte requerido. La buena sonorización y pruebas de sonido. Calidad auditiva total, no tan raro de encontrar en dicho lugar ciertamente, pero no al límite admirado por un servidor en días diferentes. Por último, la grandiosa actitud de todos los participantes del grupo, desde sonrisas e interacciones con todo mundo, lograron hacernos sentir parte de su proceso artístico, y a ellos parte de nosotros, al menos por un momento.
Y así, juntos, celebramos la experiencia de la rareza en nuestros corazones. Las combinaciones que no resultan normales, pero a veces son necesarias. Misión cumplida Igorrr, hemos probado de tus mieles. Y queremos repetir pronto de ellas.