Guadalajara ya es una ciudad muy incluyente… Really Queen?
Por: Rob Hernández, @Robsmx
Hoy es el 17 de mayo y se celebra el Día Internacional contra la Homofobia, Lesbofobia, Transfobia y Bifobia. Hoy y el resto del fin de semana veremos muchas imágenes en Facebook, videos y textos que traten de conmemorar éste día, pero ¿por qué es importante hablar sobre combate a la homofobia?
Un poco de historia. En 1990 en un día como hoy la Organización Mundial de la Salud eliminó la homosexualidad de la lista de enfermedades mentales. Así es, antes de 1990 si eras homosexual era porque tenías una enfermedad mental.
Pareciera que en la ciudad los temas de las libertades, inclusión y no discriminación ya son una realidad; pero una de mis conclusiones es que aún en estos días es muy cansado ser gay, y ha sido mucho más para otros, que antes de mi generación padecieron – si, padecieron – y hasta murieron por ser LGBT+.
Te preguntarás ¿por qué? – una gran pregunta cuando ahora muchos piensan: “pero si ya se pueden casar, ya andan en las calles de la mano…” – he aquí mi respuesta.
Aún hoy en día nos siguen corriendo de los trabajos por ser gay o lesbiana, tenemos que explicar que somos LGBT+ y muchas veces contestar preguntas sobre cómo vivimos, qué nos gusta y qué no nos gusta ( y a veces lidiar con el morbo de saber cómo se comporta una “especie rara”); es cansado explicar que solamente somos “el amigo” o “la amiga” y no somos el “amigo gay” o la “amiga lesbiana”; tenemos que explicar a los heterosexuales que no por ser gay vamos a intentar ligarlos o coquetearles; tenemos que explicar a nuestros padres o familiares que tenemos una orientación sexual diferente y “tenemos que salir del closet”; tenemos que aprender a que todas esas miradas, frases, acciones o prejuicios no nos afecten en nuestra autoestima; tenemos que aprender que vivimos en una sociedad heteronormada donde nosotros somos “lo diferente”; tenemos que luchar por tener un reconocimiento pleno de nuestros derechos humanos; tenemos que hacer marchas para visibilizarnos, tenemos que hacer reuniones con actores políticos y funcionarios públicos para explicarles por qué somos un grupo vulnerable debido al contexto social y debemos traducirles cómo se expresa el respeto a través de políticas públicas incluyentes; tenemos que explicar, justificar y exigir campañas de sensibilización para promover el respeto y la no discriminación hacia las personas en general, sin más adjetivos; tenemos que “moderar” nuestra forma de vestir, nuestra forma de caminar y hasta nuestra forma de hablar; tenemos que explicarle a nuestros padres ( en algunos casos) que somos igual de valiosos que sus hijos heterosexuales pero con gustos homosexuales, tenemos que explicar que no “queremos destruir la familia” si no que buscamos promover el amor en todas sus expresiones; tenemos que pedirles que nos acepten por ser quienes somos y por la forma en que amamos; tenemos que pedir – y creo que esto es lo más cansado – que se nos respete porque somos seres humanos antes que cualquier otro adjetivo.
Y así le puedo seguir en muchas acciones o explicaciones que nos “toca hacer” para sensibilizar y explicar que somos personas exactamente iguales que los demás. Espero que pronto llegue el día en que la homosexualidad, bisexualidad y transexualidad deje de ser vista como “lo diferente”, “lo raro”; que los y las que pertenecemos a esta población dejemos de tener miedo de expresarnos como queramos, que dejemos de temer a que nos golpeen o que incluso nos maten solo por amar a alguien de nuestro mismo sexo.
De manera local ha habido personas y grupos que han luchado por promover la igualdad y no discriminación en Guadalajara – en próximamente escribiré sobre ellos para conocer la historia de la lucha LGBT+ en la ciudad – pero de manera personal me pongo a reflexionar y a cuestionarme qué es lo que he hecho para apoyar el movimiento de la no discriminación en mi entorno, para generar un cambio cultural y que cada persona pueda ser y expresarse como ellos quieran ser.
Como bien lo diría un amigo activista de los derechos de las personas LGBT+ de Guadalajara:
“…no nos convertimos en activistas por decisión, si no por necesidad de ser visibles y luchar por el derecho a no ser criminalizados o asesinados por ser homosexuales, bisexuales, lesbianas o transexuales”.
Es cansado, sí. Pero vale la pena estar en la lucha diaria, por todos aquellos que han sido violentados, vale la pena para generar un cambio cultural en favor de respeto hacia las personas. Espero que cuando crezcan mis hijos – porque ha habido avances y ya puedo hablar de tener hijos, de formar un matrimonio – puedan crecer en una ciudad libre e incluyente, donde todas y todos podemos ser las personas que decidimos ser sin miedo a ser señalados.
Fotografía: torbakhopper Attribution 2.0 Generic (CC BY 2.0)