Hace unos años los fines de semana de Guadalajara se comenzaron a electrizar con Voltio bar. Descargas de pasiones, instintos y fetiches se convirtieron en el alto voltaje de libertad que la ciudad necesitaba
“Nosotros [en Voltio Bar] tenemos muchos clientes que son bisexuales o que están casados o que manejan un perfil bajo; lo mismo te puedes encontrar a un director de un hospital que a un magistrado, que un juez, que un ministerio público, por decir algo; de pronto estás viendo la tele y dices ¡ay! cabrón ese es mi cliente. Nada más que la mayor parte de la gente que aquí vienen, vienen en el completo anonimato. Nosotros no preguntamos ni a que se dedican, ni que hacen, ni los nombres. Si tu me dices que te llamas Juan igual yo te la voy a creer, no tengo ninguna necesidad de creer que no lo eres, aunque en realidad no te llames así, yo creo que para la… haber me voy a remontar porque parte de lo que tu necesitas es como la historia de antes…”
Por: Rob Hernández, @Robsmx
Óscar Voltio, es el dueño y gerente del lugar que ha sido testigo de la evolución social y libertaria de un sector de homosexuales de la ciudad. Donde antes era una bodega de eléctricos, hoy cientos de hombres se dan cita los fines de semana para vivir momentos de libertad, sin presiones y en el completo anonimato de pertenecer a un grupo esporádico de hombres que se reúnen en torno al placer.
Voltio bar, hecho por todos y para todos… los que se atrevan
Para Óscar, todos los negocios en los que ha estado son como un ente, con una personalidad, con cierta autodeterminación y con evolución propia. Antes de que él lo adquiriera, fue cliente de los bares previos que estuvieron en el mismo lugar; estos lugares fueron la sensación en la ciudad por atreverse a generar espacios más libres y con menos tabúes para los hombres homosexuales que ahí se daban cita, pero nunca como lo que hoy representa Voltio bar.
“De pronto siento como que todos los negocios son como un ente, los entes tienen vida, si los tratas mal, mal te van a dar de resultado. si los tratas bien, te van a dar resultados buenos; entonces yo creo que a medida de que tratas bien a un negocio, este te responde. Voltio bar yo creo que se a venido gestando de acuerdo a las necesidades sociales de una ciudad de 7 millones de personas, en donde de pronto la apertura era tan necesaria y en donde una doble moral prevalecía pero de una manera demente. Hacía falta un lugar donde pudieras llegar a tener esparcimiento. Este negocio pasó creo que por cuatro administraciones antes. Primero fue “Kingdom” que el máximo de sus logros era tener un baño cuyo acceso era tener una puerta de cadenas con una luz roja y tenía dos tinas simétricas para que hicieras pipí, sin que tuviera divisiones, entonces lo más morboso era de que tú llegaras a orinar y le estabas viendo el chile al mono de enfrente. Eso era lo más atrevido. Luego lo hicieron hetero, luego lo volvieron a hacer gay con el nombre de “Tribu” y yo era cliente de ellos, me encantaba el concepto. Me gustaba que no pudieran entrar mujeres, porque en ese tiempo como que tenía yo la falsa idea de que se tenía que manejar una doble personalidad social.”
Desde un principio Voltio Bar ha sido de entrada exclusiva para hombres, homosexuales, bisexuales y heterosexuales. La primera concepción que tuvo Óscar para el lugar, era generar un lugar de socialización entre hombres homosexuales, donde dejarás fuera los estigmas sociales, las etiquetas, que te encontraras con otros hombres en similitudes y ganas de experimentar. Primordialmente es un lugar exclusivo para homosexuales o bisexuales, pero nunca se ha impedido la entrada a uno que otro heterosexual curioso.
“Nosotros cuando abrimos Voltio Bar, nos juramos que no iba a tener nada que ver con el sexo. Teníamos una idea romántica; yo nunca en mi vida me había dedicado a emborrachar gente; tenía un concepto diferente de lo quería para el lugar, un bar gay con gente que tuviera los mismos intereses que los tuyos, etc. Por eso, cuando te digo que los negocios son como entes demandantes, la sociedad tapatía ya no cabía en la ropa que traía puesta para expresar lo que sentían. La gente que viene a Voltio Bar es de un nivel sociocultural y económico diferente. Me refiero que es también gente que ha viajado y ha acudido a sitios como éste en Europa o Estados Unidos; y cuando regresaban pues no tenían en Guadalajara algo así. Y pues no tienen ningún prejuicio de irse a meter a un sauna, a un lugar donde hay un cuarto obscuro, donde hay un laberinto, etc. Ellos venían demandando ya esos servicios aquí.
La gente es la primera que comenzó a pedir y armar Voltio Bar como lo conocemos hoy. Me decían, oye y un cuarto obscuro, o un show de sexo en vivo. Y pues ahí íbamos nosotros. Trajimos actores de Europa por ejemplo, generalmente españoles, esto a lo mejor era cada tres meses, cada dos; luego una pareja de esos que les gusta el exhibicionismo nos vendieron la idea de que lo podíamos hacer una vez al mes y luego ya después se convirtieron los miércoles de show de sexo en vivo”.
Seguridad para vivir el morbo
Contrario a lo que se podría pensar, Óscar tiene muy claro que Voltio Bar es un lugar seguro en el que las personas que van, pueden ser libres, dejar sus pasiones reprimidas correr, atreverse a ser eso que siempre han querido, probar eso que has visto en videos pornográficos, pero siempre como un acto consensuado. El morbo tiene reglas y espacios delimitados.
“De hecho yo a la gente le digo que cuando lees la novela de Dante Alighieri, la Divina Comedia, en donde hay niveles hacia abajo y hacia arriba puedes llegar a encontrar algo de esas vertientes en el concepto de lo que es Voltio Bar; tiene perfectamente definido cuales son sus áreas para portarte mal y dentro de eso también hay como diferentes clasificaciones, porque el hecho de que tu te metas a esa zona y no quieras participar en la dinámica que ahí se desarrolla tiene un respeto por parte de la gente. No te están hostigando para que hagas algo que tu no quieres hacer.
Ciertamente Voltio tiene un estigma por la gente que nunca ha venido y que de pronto ha oído hablar de él, tiene miedo de venir. Pero estoy bien convencido de que no tiene miedo al lugar, sino, o sea tienen miedo a ellos mismos, de los alcances que puedan llegar a tener. Porque finalmente no vas a entrar a una cogida si no quieres, a ver, no es que entras a una cárcel en donde la gente te va a obligar a hacer cosas que no quieres, a lo mejor en la cárcel a huevo lo tienes que hacer, pero aquí, si no quieres, pues no”.
“Dentro de todo lo controversial que puede llegar a ser, tiene sus ventajas de seguridad, ejemplo, hoy en día si tu quieres hacer algo, te metes a una aplicación, a un Grindr para hablar más específicamente; eres tan vulnerable porque puedes llegar a sufrir un secuestro express, un robo, hasta un asalto, y en Voltio Bar la gente se cuida entre ellos; se cuidan en conjunto todos porque tienen un propósito en común. Mira que hay una maravilla dentro de esto, en Voltio Bar no se consumen drogas y yo te puedo llegar a contar gente alcoholizada, así hasta las chanclas muy pocas, yo creo que la mayor parte de la gente que viene se mide, es que es diferente tienes que vivirlo para que formes tu criterio”.
Guadalajara ha cambiado
Detrás de una barra de bebidas y de un guardarropas, Óscar Voltio, ha visto pasar un sinfín de hombres de todos estratos sociales, políticos, empresarios, clérigos, periodistas y funcionarios públicos. Detrás de esa barra, él mismo ha observado la manera en que la ciudad se ha hecho más abierta y ha sido cómplice de todos los que llegan. Olvida procedencia, profesión y se dedica a hacerlos sentir como en casa.
“Primero tenemos que definir esa parte, qué es lo que nosotros tenemos como atrevido. Bueno allá tienes una tina donde vas a hacer pipí con un espejo, que como gay generalmente… es mas ni siquiera como gay, hasta como hetero, siempre andas viendo a ver de qué tamaño tiene el chile el otro cabrón, como para hacer un comparativo, eso es como muy humano. Bueno el baño es un lugar donde generalmente no se hace nada, pero este lugar tiene cuartitos donde de pronto dijimos, bueno y qué destino le damos a ésto, bueno pues vamos a dejarlo sin luz o con poca luz y ponerle esto otro. Y dio resultado. No tienes que ser un genio como para saber cuales son los alcances, además hay una cosa muy chingona que se dice: que para que la cuña apriete tiene que ser del mismo palo, entonces yo creo que los conceptos, por ejemplo una noche de calzones nace de mi morbo de ver el bulto de un cabrón que se levanta a través del pantalón y que dices ¡ay wey¡, entonces dices bueno pues una noche de calzones estaría genial. Entonces mis demonios, por llamarlo de alguna manera, más bien mi morbo se encuentra con el morbo de otros cabrones. Aunque yo no participe ni nada”.
“No creas que me resulta del todo fácil, para mi por ejemplo que me toca guardarropa, es una falta de respeto, o así lo tengo conceptualizado el que tú te estés cambiando y yo te esté viendo como con ojos de deseo, porque pues eso rompe con tu privacidad. Sí, cuidamos mucho la privacidad de los clientes. Yo me convierto en alguien más del sitio, entonces no me es permitido, por ética, el estar viendo”.
“Yo creo que las primeras noches de calzones que nosotros hicimos, yo creo que no teníamos sin exagerarte no más de 10 cabrones arriba. Haber para la gente que no conoce, pues Voltio Bar tiene dos niveles, en planta baja no es necesario que te tengas que quitar la ropa pero para estar arriba desde luego que es obligación andar en calzones, porque pues era una noche conceptual y la gente le temía andar en calzones. Hubo una temporada en donde nos dimos cuenta que la noche no estaba funcionando porque teníamos muy poca gente arriba y había mucha gente abajo. Entonces nos relajamos un poco y dijimos, bueno sin camisa, que ya era de ¡uy! ahora si ya están enseñando cuero. Pero nos aferramos y regresamos al origen. Dijimos no, una noche de calzones se supone que es una noche de calzones, sino para el caso lo bautizamos como una noche sin camisa, entonces nos aferramos a eso y dijimos, si tenemos 10 cabrones estamos cumpliendo el propósito, si tenemos 15 pues va igual y hoy en día te puedes llegar a dar cuenta que la gente que se queda abajo, pues que todavía no ha superado sus chamucos, pues han de ser 3 o 4 a la semana cuando mucho.”
“Empezamos una vez al mes con las fiestas porque no teníamos público para más. Luego nos dimos cuenta que fue creciendo. Mira no tengo fechas, creo que Voltio Bar lleva 8 años y de los cuales a lo mejor 7 haciendo noches de calzones; pero así como tal, creo que hace como 4 años que tenemos cada sábado. Antes no era así, antes era un sábado cada mes, luego nos dimos cuenta que había suficiente gente como para meterlo dos y lo hicimos de una manera experimental el segundo y el cuarto sábado, por qué el segundo y cuarto, porque pensábamos que la gente cuando tuviera dinero para la quincena se iba a venir. Error, porque te menciono que la gente que viene a ver no se espera a la quincena; luego nos lanzamos a hacerlo el segundo y cuarto sábado; nos dimos cuenta que hay público para 1, 2, 3 y 4, sin embargo, deja contarte algo, nosotros en promedio de gente que metemos han de ser 160 – 180 a la semana en una noche de calzones. En un lugar tan gay como es Guadalajara, tu puedes llegar a decir oye porque no viene más gente, si dices que es tan gay. Te lo dije, Voltio Bar tiene un estigma, la gente piensa que con el hecho de venir, con poner un pie le van a meter media corneta y si se pone de modo, pues dos cornetas completas. Es más el miedo al sitio o a ellos mismos; como te dije es como un homofóbico, el homofóbico no le tiene miedo al gay, le tiene coraje, yo creo que son sus propios demonios que no lo dejan coexistir con un gay”.
Lo que pasa en Voltio… se queda en Voltio
Voltio bar se ha convertido más que un lugar de encuentros en Guadalajara, para Óscar y muchos de los que asisten, se ha convertido en un espacio seguro, libre de estigmas y discriminación por parte de personas heterosexuales e incluso lejos de los estigmas de los propios homosexuales. Nada ni nadie obliga a nada a nadie, bien se podría decir que “lo que pasa en Voltio, se queda en Voltio”.
“Éste es mi cuarto negocio, pero es el negocio que más he gozado. No ha sido el negocio más lucrativo porque sale como para que vivas, pagues tus gastos, etc., pero a estas alturas del partido lo he gozado mucho, me encanta mi chamba porque creo que se presta mucho para mi carácter. Debo confesar que soy una persona muy sociable y el hecho de conocer gente, de platicar, de escuchar las broncas que tienen y cuando los vuelvo a ver de pronto seguimos platicando de las cosas que traen. En Voltio bar no eres una cifra, eres una persona, independientemente de lo que hagas o dejes de hacer. Yo con alguien platicaba esta semana que tu puedes venir a contarme algo que hiciste que sea completamente sexoso, que no le puedes llegar a confiar ni siquiera a tu mejor amigo, que me digas mira acabo de hacer esto, me aventé un palo de cabeza, como vampiro, o yo qué sé. Y ese nivel de confianza que me tienen los clientes se me hace muy chingón. Entonces yo gozo mucho de mi trabajo, me encanta”.
“La idea que te venden de cómo empieza un gay, nace o se hace, si hay muchas historias que tu dices oye yo no creí que pudiera llegar a ocurrir. Un chavo más o menos conocido en el ambiente un día me estaba platicando que, cuando tenía 4 años era abusado por su hermano. Pero entonces para mi hay dos cosas que sí pueden llegar a moverme muy cabrón, una de ellas es el abuso a menores y la otra es el secuestro. Cuando este cuate me dice que su hermano era más grande y el abusado era el hermano, osea, él abusaba del hermano, este de 4 años abusaba del otro más grande. Éste lo amenazaba con contarle a la mamá si no se lo cogía, entonces yo dije estas mal cabrón. Pero pos ya, así quedó con él, ¿no?”
“Nosotros aquí estamos muy pendientes de que la cosa marche bien. Si un cliente baja y me dice a mi o a alguien de mis compañeros del staff, oye hay alguien que me esta molestando, nosotros procedemos a una llamada de atención, a dos y a la tercera va para afuera. Así hemos sacado a varias personas, por ejemplo una persona que este alcoholizada al grado de que no sepa de él, pues le brindamos todo el apoyo como para que se valla a su casa o se cure la borrachera, pero no, eso de que alguien abuse de alguien aquí o alguien esté obligando a alguien a que haga algo no, te digo que cuidamos mucho el ambiente de respeto a las decisiones de cada uno de los que asisten.”
Más allá del morbo
Pero en la vida de Óscar no todo gira en torno al morbo y al sexo. Por casi 10 años ha estado con su pareja, a la cual tiene muy claro que tiene que dedicarle tiempo para vivir su vida en pareja. Él sabe perfectamente a lo que se dedica y por más de 7 años han sabido sobrellevar los tiempos que implica ser el gerente de un bar nocturno.
Dentro de las noches electrizantes que se llevan a cabo en Voltio bar, también ha habido espacio para la sociedad civil y para el arte. Hubo un tiempo en que se estuvo presentando una obra de teatro una vez a la semana. Dentro de los temas que se hablaban era sobre el mundo gay, visto desde una confrontación para reflexionar sobre nuestra situación social y personal actual. Pero como lo menciona el mismo Óscar “Le hablas a la gente para la putería y te llenan el lugar, pero les hablas para algo de la cultura y nadie va”. Consciente de las características que tiene su bar y su público, él trata de estrechar relaciones con otros actores sociales, para que también encuentren un espacio para dar información sobre prevención de ITS y vih.
“Por ejemplo, que de pronto llega alguien y te diga oye necesito hablar contigo, fíjate que me acabo de hacer pruebas y análisis y resulté positivo. Eso para mi es muy fuerte, porque te están confiando algo que no lo puedes tan fácilmente permear ante tu familia, ni ante tus mejores amigos, ni con las personas cercanas, ni en tu trabajo, ni en ningún lado, entonces el hecho de yo recibir una llamada fuera de mi horario de trabajo y que me digan oye necesito hablar contigo, fíjate que estoy pasando por un mal rato, si con mucha frecuencia y agradezco mucho la confianza para hacerlo”.
Por varios años Voltio Bar ha sido sede de proyecciones especiales del Festival de Cine de Guadalajara, con el Premio Maguey, la parte lgbtq+ del festival de cine más importante de latino américa.
Oscar Voltio bar, se torna idealista en el aporte que busca dar a la población lgtbq+. Por ello, para los que acuden asiduamente, se convierte en un amigo, un confidente que no solo te brinda condones para que te diviertas de la manera que quieras en la noche, siempre está ahí para platicar, comentar los sucesos de la ciudad y compartir historias entre los clientes. Para él es muy claro que son 6 cosas las que rigen el mundo: amor, dinero, poder, sexo, religión y miedo; y a través de Voltio Bar busca ser un lugar donde el sexo pierda ese estigma y se convierta en un lugar de amigos, de libertades.
“Para mi, yo creo que Voltio bar saca tus demonios, te confronta, Voltio bar es un lugar que cuestiona; es cómo de pronto ir al psicólogo y finalmente el psicólogo lo único que te va a hacer es que te va a regresar tus ideas, tus cuestionamientos y el que va a encontrar la respuesta eres tú, te gusta o no, es o no es para ti, ya tu lo decides”.