La gran fiesta llegó, 326Centro presentó en GDL un show exquisito para fans y exploradores de la improvisación sonora, con un line up de primer nivel, perfecto para hacer de una luna llena un ritual inolvidable.
La fiesta comenzó con ATARII, un proyecto tapatío de improvisación y noise de alta calidad cocinado directamente por Daniel Nuñez. Otro de los talentos locales que nos dejaron con la boca abierta fueron CCOOWWSS, quien puso los acentos a la noche con su sesión de ruido y gritos, imposible aburrirse.
Por: Joy Rubio, @terricola_joy
Fotografías: Regina González Sánchez
Mis descubrimiento favorito de la noche (y no es por denostar a nadie, la verdad cada una de las propuestas fueron más que excelentes) fue Vyctoria, de la CDMX, una propuesta gloriosa de música instrumental con todo el power del Stoner Rock. Y finalmente G.N.O otra propuesta de stoner-noise-core, ese título yo se los puse a modo de encontrar una forma identificable de lo que escuché y que me dejó totalmente estupefacta.
Algo a destacar de este evento fue su magnífica organización, seguramente piensas que los eventos independientes son pocilgas donde hay mal sonido, los baños están sucios y un tipo malencarado te pondrá tu sellito de entrada, pues déjame decirte que esos prejuicios están muy mal y te están alejando de verdaderas joyas en tu ciudad.
326Centro y el equipo organizador tapatío se la rifaron con el sonido, la iluminación, la venta rápida de chela, el acceso ordenado y las instalaciones de arte visual para que te entretuvieras entre banda y banda.
Cada artista empezó a tiempo, listos para llevarnos a un viaje de contemplación sonora más allá de ponernos a bailar, la música es un conducto para profundizar sobre lo que somos como sociedad, como entes, para pensar ¿qué estoy haciendo de mi vida que tengo 30 años y sigo de fiesta loca? cof cof cof.
Y sí, Puce Mary y cada uno de los artistas que se presentaron lograron el complejo objetivo de poner a su audiencia a pensar. cada proyecto nos hablaba de la destrucción del planeta, de la soledad de vivir en sociedad, de los rituales capitalistas que nos rodean y de cómo buscamos desesperadamente darle un sentido a la locura posmoderna en la que estamos sometidos.
Puce Mary tuvo una presentación digna de un ritual religioso, fue como presenciar una misa negra con la luna llena sobre nuestras cabezas, su música supera la cuarta pared logrando hacer de los espectadores parte del ritual musical.
Aquí no hay una artista inmaculada detrás del micrófono dando un sermón, aquí se construyó un secreto comunal donde descubrimos la sublime experiencia de unirnos a través del petit comité alrededor de la música.
Organizar eventos independientes no es nada fácil, y menos si te estás organizando con tres ciudades y trayendo artistas desde el extranjero, apoyar a quienes están poniendo un gran esfuerzo para impulsar la cultura desde la pluralidad de expresiones artísticas, es algo que la neta, deberíamos hacer todos.
Si nos quejamos de los pocos espacios y de la monopolización de la cartelera cultural, entonces apoyemos a los nuevos creadores, sus eventos, sus propuestas y sobre todo sus ganas de construir una ciudad más abierta a formas de arte y expresión creativa, salte un ratito de Ticketmaster y explora los eventos alternativos de tu ciudad, estoy segura que te vas a sorprender.