Como si fueras a preparar un pastel te aseguras de contar con todos los ingredientes en la mesa de trabajo: lápiz, papel, calculadora y un montón de pañuelos desechables anticipando la de lagrimocos que estás a punto de liberar al ver que tus finanzas personales se parecen mucho a tu vida amorosa, sin embargo es hora de enfrentarla.
Saber bien a bien dónde estás y a dónde quieres llegar. De un lado el haber y del otro el deber y a la persona que le debes más es a ti misma, así que como medidas extremas están:
1.- Cancelar Netflix, para dramas los tuyos.
2.- Cero inversiones en cursos. El mejor escuela es la vida, vívela.
3.- Cero libros, si quieres libros, escríbelos.
4.- Cero inscripciones en carreras deportivas.
5.- Cero viajes, a menos de que sean astrales, ahí no cobran.
6.- Cero sesiones sicológicas, tú no estás loca, estás desesperada y si no reaccionas serás una pobre loca desesperada por la pobreza.
Tú en muy leída y escrebeda, pero los calzones con el resorte vencido y en Barbie Vagabunda/Hambreada sostenida del ayuno intermitente que parece interminable.
El dinero nunca te ha importado, lo has ganado, lo has pedido, lo has vuelto a ganar y a perder, o sea ya sabes cómo funciona la formula de ganar dinero, sin embargo ahora el reto es ganar dinero y hacer que se quede contigo y crezca contigo… ¡Sí, mujer, ya sabemos que no sabes cómo! Recuerda que money makes de world go around y seguro es más fácil que encontrar a tu próximo marido y si algo bueno tienen lo números es que ellos no mienten, ni te serán infieles. Es hora de que veas las finanzas como a los muchachos guapos sin que te pongas nerviosa, sin que pienses que no los mereces, sin miedo al éxito, Nan.
El dinero es bueno, es tu amigo, te respalda. El dinero ganado con tu esfuerzo… o sin él, pero total muy tuyo nunca te va a roncar, nunca te va a dejar esperando, nunca te va decir que te quedes en casa porque no alcanza, al contrario, el dinero te abrirá las puertas de todas esas dimensiones que siempre has soñado, te dará acceso a todos esos sueños que por años dejaste en el tintero de la ilusión. Imagina todo lo que puedes hacer… corrección, imagina toooodo lo que puedes dejar de hacer con Don Dinero de tu lado.
En primera no aceptarías empleos mal pagados, ni fuera de tu experiencia laboral o gusto, tendrías el horario que desees y… sí, sí, sí taaaaal vez solo taaaal vez seguirías sola con tu soledad, pero nadie está solo cuando tiene sus millones que lo respaldan. No volverás a sentir angustia al pagar la renta, ni en la caja al pagar el super y mucho menos conformarte con «lo que se pueda».
Por otro lado, es importante que te apegues a la realidad y estés consciente de que es posible que llores hasta la deshidratación presa de la confusión matemática que implica la libertad financiera, pero no es lo mismo llorar en tu cuarto de azotea que en la casita con jardín que tanto sueñas para ti y los gatos. Incluso te podrías comprar una computadora nueva que no se caliente como adolescente con su primer beso, dejarías de tener la sensación de estar escribiendo en un comal, sí, suspira; la imagen lo merece. Así que dedos a la calculadora y a calcular el plan del siguiente año fiscal de la Nan y dice así:
50% Gastos de casa: renta, gas, celular, comida, atún de los gatos. O sea lo esencial para que sigas manteniendo ese cuerpecito serrano tuyo sano y salvo y con un techo donde ponerlo.
20% Ahorro: De plano para cuando surja un «Válgame la ching*$%» mejor conocido como imprevisto.
30% Gastos personales: Todo gustillo coquetón que la neta no necesitas, pero lo quieres porque para eso trabajas y al mero estilo de El Ferras, lo pagas.
Eso sí, todo este plan muy bonito y muy precioso entrará en vigor a partir de la próxima quincena porque esta ya se te fue a la dimensión de los calcetines con la renovación de Spotify que sí se queda con nosotros porque la vida sin música no tiene sentido… aunque sea reguetón.
¡Bonito fiiiiiiiiin!
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