Hay muchas cosas que se aprenden al volver al mercado de la soltería, y una de ellas es que no sabes ligar. Así es, no supiste antes y no sabes cómo hacerlo ahora.
El tiempo ha pasado, la ciencia avanza e incluso la forma de tener citas. Te das cuenta que con la maravilla de una aplicación puedes realmente elegir al tipo de pareja que deseas, que si lo quieres barbón, ahí está; que si que lo quieres alto, ahí está; que si que pelón o greñudo; que sí que deportista; que sí que lejos o cerca. O sea básicamente es como una fertilización in vitro donde el personaje ya viene hecho y derecho; al menos en el físico exterior, ya luego sin calzones ya es otra cosa.
Lo maravilloso de este avance científico y tecnológico es que ya no está tu vida amorosa y/o sexual en manos del Universo o la casualidad solamente; sino que tienes todo el poder en tus manos de CA-GAR-LA de lo lindo con tus propios méritos, todo tú sin ayuda de esos goeyes (el Universo y la casualidad) o sea nomás con un toque puedes tener una cita buena o mala, eso sí ya es un volado, pero por lo pronto solo no estarás.
El «match» es lo más fácil nomás que como todo tiene sus efectos secundarios, verdad, porque ligar en línea es como comprar ropa o zapatos en línea; te puede quedar o no, pero de que estaba bonito en la foto, estaba biiiien bonito. Aprender a ligar en línea requiere también conocimientos básicos de photoshop y filtros varios porque neta, neta, neeeetaaaaa hay raza que los ves en las fotos dices «yo me caso» y en persona gritas «yo me largo», ¡aguas!.
Pero bueno supongamos que ya estás con el match en cuestión y todo va bien, pero en tus tiempos allá cuando los dinosaurios pues se acostumbraban otras cosas y ahora tienes en frente de ti a una persona con la que no sabes de qué hablar porque obvio quieres dar la mejor impresión y eso de ser tú a veces juega en contra, entonces prefieres esperar a que el otro proponga y si lo hace genial, pero si no hundidos los dos en una mala cita en la o hablas de tu ex o te habla de su ex.
Como primer paso es decidir conscientemente eliminar cualquier mención con del ex ya sea positiva o negativa; o sea topen que es una cita ligadora y posiblemente sexual, no terapia sin calzones, no. Luego no falta que si por qué terminaste con tu ex y ahí no hay de otra que marcar el límite de «qué chingados te importa», pero bonito tipo «oye estoy aquí para conocerte a ti, platícame».
Para ligar no hay de otra que practicar y practicar y volver a practicar y más que esperar que te liguen aprender a saber cómo ligas tú y ahí está la clave de qué es lo que te hace repetir que tengas puro tarado en tu vida amorosa, se trata de que evoluciones en tu comportamiento con el otro. Ligar no es solo salir con alguien y posiblemente tener un encuentro sexual. Ligar saber cómo te relacionas con el otro, qué le muestras de ti para continuar o no con la relación.
Recuerdo que fue en una clase de actuación donde describí que no sabía ligar. Me tocaba seducir a mi compañero y no sabía qué hacer. El maestro me preguntó «Pues, niña, ¿cómo ligas tú en la vida?» y yo fría; o sea nunca supe cómo ligué nomás aplicaba la típica de «ser yo misma» y aunque ser uno mismo está bien bonito de pronto dejar serlo es mucho mejor.
Ligar se aprende y se desaprende tantas veces como sea necesario sin importar la edad porque saber ligar es fundamental para evitar caer en los mismo hoyos emocionales donde caíste en tu relación anterior. Aprender a ligar significa establecer los límites emocionales internos contigo mismo y si casi bíblicamente tienes en tus manos la elección en cuestión al alcance de una aplicación a practicar se ha dicho.
¡Bonito fiiiiiiiiin!
Sígueme en Instagram como @nanoviedomx, #SolteraReciclada #KaVoltaVida 🖤