Es curioso como la vida de pronto nos coloca frente a rachas que a una no le queda más que guardarlo en la memoria para después anotarlo en su libretita de «Chíngate esta».
Según los resultados de las estadísticas, las mujeres estamos llenas de miedos y prejuicios a la hora de explorar, externar y/o practicar abiertamente nuestra sexualidad. A las mujeres se nos etiqueta de miedosas, sin embargo los hombres también llevan a la cama sus más terribles temores en lo que al sexo se refiere.
Eso lo descubrí con Mr. Fragile que de entrada daba la imagen de hombre seguro, fuerte, galán tipo todas mías. Nos conocimos en una cena donde yo iba acompañando a una amiga que no habla inglés. La hice de intérprete entre ambos, pero luego Mr. Fragile ya me agarró de su diccionario que cómo se dice tal, cómo se dice cual, que si dónde estudiaste inglés, que que bonito tu acento, que si salimos, que nos vamos a lo oscurito y yo bueno, vamos, pero oscurito no, a mí me gusta ver. Mi abuelita decía que uno tiene que fijarse lo que una se lleva a la boca y yo aunque ya no está entre nosotros sigo sus consejos.
En fin, que pasamos del restaurante a un bar, mi amiga nos dejó solos y ahí estaba yo en mis funciones de diccionario andante con Mr. Fragile cuando me plantó un beso a media traducción de ni me acuerdo qué había preguntado.
Como es lógico obedecí a mi princesa Disney interior y cerré los ojos mientras Mr. Fragile introducía su lengua en mi boca, la pasión en mi lado iba en aumento, le acaricié las orejas mientras nuestros labios, lenguas, babas seguían intercambiándose sentí ganas de apretarme hacia él. Su cuerpo musculoso, su barba espesa, sus ojos verdes, su aliento libre de todo mal y ese olor a recién bañado que despedía, me excitaron muchísimo, así que le propuse fuéramos a su casa, a la mía o a la de alguien pero ya.
Mientras Mr. Fragile pedía el Uber yo repasaba el futuro performance sexual, así como deportista de alto rendimiento que se ve en el podium con la medalla de oro al cuello tal cual me imaginaba yo victoriosa diosa sensual junto a ese hombre que le daba un aire durísimo a Jason Momoa. Subimos al auto y él me subió el vestido, bajamos de auto y yo me bajé los calzones. Entramos a su habitación, encendí la luz, las prendas caían al piso como moscas fumigadas. Mr Fragile tenía una piel tersa, suave y muy humectada, ese detalle me sorprendió desde que me tomó de la mano para subir al auto, pero no di demasiada importancia.
En su cama nos envolvimos en caricias todas y yo me dejé llevar por el momento que le apreté una nalga a lo que este hombre respingó diciendo «Easy, gorgeous, I am fragile» ¿FRAGILE? Pensé, o sea sí entendí el significado de la palabra, pero no el contexto, seguí los instintos propios del momento empero Mr. Fragile insistía en mantener la misionera posición que si bien está padre ya después, como todo, cansa y aburre poquito. Intenté tomar el control una vez, pero él me sostuvo suavemente para seguir con la espalda al colchón. Ok, volví a intentarlo y él volvió a resistirse, no insistí hasta de plano el aburrimiento llegó al punto de que ya estaba contando las grietas del techo, con fuerza lo empujé hasta que su espalda fuera ahora la que quedara apoyada en el colchón, sin darle oportunidad seguí besándolo desde la boca hasta los pies pasando por, por, por… pus por todos lados.
Mr. Fragile jadeaba extasiado, mi ego como amante se restituía con cada uno de sus expresiones de placer, así que sin más tomé el control de la descalzonada situación. Mr. Fragile se paralizó mientras yo ejecutaba mis mejores moves, ahora era quien emitía los jadeos con los cerrados cuando después de unos momentos escuché un moqueo acompañado de un sollozo, abrí los ojos para ver a este hombre llorar aterrado «What’s wrong?» le pregunté «It´s gonna break» susurro como si sus palabras pudieran provocar algún daño universal «What?» yo seguía ejecutando el move, Mr. Fragile volvió a susurrar «It’s gonna break» yo de verdad quería saber qué rayos, pero esa condición del hombre lo hacía estar aún más tenso de todos lados y yo estaba siendo directamente beneficiada así que en falso interés volví a preguntar «What?» pero Mr. Fragile estalló justo antes que yo pudiera hacerlo y en un aullido me tumbó de la cama gritando «YOU, YOU’RE GONNA BREAK IT!» mientras se cubría su objeto de mi deseo.
Desconcertada, me vestí enseguida, fui a la cocina por un vaso de agua que le extendí, le pregunté si podía ayudarlo en algo, pero él no respondió. Permanecí unos minutos en la habitación por si había algo en lo que pudiera apoyar, luego de un rato se acercó a mí diciendo «I told you, I’m fragile» sonreí a manera de comprender algo incomprensible para mí, emití el correspondiente «Sorry» Mr. Fragile dijo «That’s ok» luego me condujo a la salida del edificio, esperó a que llegara mi Uber y con un beso en la frente me despedí de aquel hombre de frágil proceder.
¡Bonito fiiiiiiiiin!
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