Está de moda, y lo sabes. Banda se hace rica de la noche a la mañana. Amigues tuyes hablan sobre sus aventuras en el cripto y como perdieron dinero o ganaron dinero o qué pasa con Elon Musk. El Bitcoin es el último grito de la moda económica, pero, ¿qué es? ¿Con qué se come? ¿De dónde sale y para dónde va?
Desde el principio de la humanidad, la banda ha querido ser dueña de cosas. Cuando somos chiquitos, una de las primeras cosas que aprendemos a decir es “Mío”. Esa pelota: Mío. Esa lagartija: Mío. Ese chicharrón que se cayó al piso: Mío. No sea que alguien vaya a querer comerse mi chicharrón.
La propiedad es un concepto humano, obviamente. En el mundo animal existe el concepto de territorio, pero no hay “cosas”. Las cosas están en lugares, y los lugares te los pueden quitar. Puede que tu hayas encontrado la cuevita, pero si viene otro wey, hora de pelear por la cuevita. Los animales no pueden pagar por la cuevita.
Los humanos también somos animales, por supuesto. Pero a través de la historia hemos desarrollado algunos conceptos más complicados que nuestros compadres en el mundo animal. Uno de estos conceptos es la propiedad privada y la transferencia de la misma, y la forma en la que transferimos propiedad es casi siempre a través del intercambio de bienes y servicios. Y esto empezó con el trueque.
Conocemos el trueque. Yo tengo una gallina. Tú tienes tocino. Toma mi gallina y pásame el tocino. Esto, por supuesto, vino después del concepto de propiedad, lo cual en aquel entonces era aquello que puedes defender de los demás. Dependiendo de la cultura, la propiedad podría ser de una sola persona o de una aldea o de un reino. El trueque podría ser entonces entre personas, pueblos, tribus o reinos. Pedazos de tierra eran intercambiados por ejército, princesas, burros, etc.
Una de las primeras formas del dinero fue el ganado, el cual es fácil de contar y transportar (porque se mueven solos). Sin embargo, podría ser que alguien (por ejemplo, un granjero) necesitara cosas que no puede pagar inmediatamente. Las vacas y borregos toman tiempo en nacer y crecer. Es en este punto que nace la idea de la deuda y el crédito, y la necesidad de llevar el control de ello.
La invención del dinero se le adjudica a muchas civilizaciones simultáneamente, así que me limitaré a una en específico. En las primeras ciudades de Mesopotamia los granjeros podían ir al templo a depositar cierta cantidad de cosecha, y obtenían un recibo por ello. Este recibo podría ser usado para pagar deudas y tarifas al templo. Eventualmente alguien se dió cuenta que podía venderle su recibo a alguien más y pum! Dinero. Voy a apretar el botón de acelerar en este momento y solo decirles que esto eventualmente llevó al desarrollo de las monedas, los billetes, los bancos, las chequeras y las tarjetas de crédito.
Ahora, lo que diferencía el dinero de los productos que compramos con él es que estamos de acuerdo de su valor. Si yo te enseño un billete de cincuenta pesos y te pregunto cuánto vale, me vas a decir “Cincuenta pesos”. Si yo agarro un litro de leche y te pregunto cuánto vale, la respuesta dependerá de cada persona. Tendríamos que checar para comprobarlo. No estamos de acuerdo acerca del valor de un litro de leche. También, si yo tengo cincuenta pesos, tú no sabes de dónde vinieron esos cincuenta pesos, pero sabes que los tengo. El hecho de tener el billete en mi mano garantiza que tengo por lo menos esa cantidad de dinero, lo cual no sucede con por ejemplo las tarjetas de crédito, en donde tiene que haber un registro del dinero que he recibido y gastado.
Cuando pago en algún lugar con una tarjeta de crédito o débito, necesito que el banco le asegure a la persona a la que le estoy pagando que tengo el dinero necesario para pagar, o que me creen que lo pagaré después. Esto significa que en esta transacción a fuerzas tiene que haber tres involucrados: La tienda, el banco y yo. En una compra con efectivo, solo tenemos que ser la tienda y yo. ¿Por qué no podríamos tener dinero digital como tenemos dinero físico?(Ya casi llego al punto, chaves.)
Harto de tener intermediarios en las transacciones electrónicas que se estaban volviendo cada vez más comunes gracias al auge del internet, alguien llamado Satoshi Nakamoto (que por cierto, nadie sabe quién es) escribió el Bitcoin Whitepaper. En él, describe una moneda digital que no requiere una institución para validar cada transacción. El registro de quién recibe y quien otorga valor es llevado en una clase de cuaderno mundial sincronizado en todas las computadoras de la red. Si tenemos la misma información, entonces nadie puede gastar dinero que no tiene.
También, si quieres ayudar a mantener a comprobar que las transacciones que se hagan mundialmente son válidas, puedes conectar tu computadora a la red y ponerla a checar que esté en orden. Por este trabajo se te paga una porción de bitcoins (lo que se conoce como minar bitcoins) y es la única forma de generar nuevos bitcoins. Lo estoy simplificando bastante, pero lo principal que hay que tener en mente es que este sistema garantiza que la moneda puede ser anónima, y que no hay una empresa involucrada en comprobar la transacción, sino que lo hacemos entre todos.
Pero, Heberto (te escucho gritar desde mi lado de la pantalla mientras fránticamente escribo esa última frase) ¿cuál es la ventaja de esto? Pues para empezar el hecho de que es totalmente digital. Esto significa que mientras que no te puedo pagar menos de un centavo (y ni siquiera es. Técnicamente ya no tengo denominaciones físicas para pagarte menos de 50 centavos) te puedo pagar 0.00000000000001 bitcoin sin problemas. Puedo pagarlos sin tener que decirle a nadie (anónimo) y puedo guardar mis bitcoins donde yo quiera. Además, le puedo adjuntar cosas, porque es digital!
Ahora, la pregunta es, ¿cuánto vale? Híjole. Ese es el problema y por eso es tan volátil. El bitcoin no depende de las reservas del país, como el resto de las monedas. La cantidad de dinero por el cual se vendió la última bitcoin es lo que vale la bitcoin en ese momento, así que en un día podría fluctuar desde lo muy barato hasta lo muy caro. Esto es lo que económicamente se denomina como una burbuja: Un espacio en el que el valor de los productos (o en este caso las monedas) no depende de nada real y todo mundo especula sobre el valor que tiene y tendrá.
La oferta y demanda rige este espacio, a velocidades super rápidas. Por esto, el bitcoin no es aceptado como moneda en los establecimientos de manera generalizada todavía. En cualquier momento, el valor del bitcoin podría cambiar y esos cheetos te pueden salir mucho más caros. China ya prohibió el intercambio de criptomonedas en su territorio por ello.
Mientras tanto, nuevas criptomonedas surgen todos los días, sugiriendo soluciones a los problemas del bitcoin. Hay demasiadas para nombrar aquí, pero algunas de las más populares son el Ethereum (también usado para los NFT’s, los cuales eran el sujeto original de este artículo pero necesitaría otras tres mil palabras para explicarlos) y el XRP. El problema es que a veces algunas de estas pueden ser creadas por gente que está esperando que mucha gente compre algunas para que haya dinero y se infle su valor, y en cuanto esté en un punto ideal venden sus criptos y salen con ganancias estratosféricas.
Finalmente, ¿deberías comprar bitcoin? Mi consejo aquí sería: Si no le entiendes, ni le entres. Igual que la bolsa de valores, una mala inversión en cualquier espacio puede llevarte a perder tu valioso dinero de verdad. Si realmente te interesa, infórmate al respecto. Haz un grupo de whatsapp con tus amigos. Compra poquito para que veas cómo se comporta. Y si tienes preguntas (como yo, siempre) mi correo siempre está abierto para que me contactes y platiquemos al respecto.
Salu3, banda!
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