Si Flavante fuera una canción, sería Flava de Princess Nokia. No porque siga tendencias, sino porque, como ese video del 2017, tiene algo que decir antes de empezar la música.
Flavante no es solo una marca de ropa; es una declaración de identidad, un manifiesto sobre la posibilidad, una prenda que abraza la esencia de quien la porta. Su historia nació en un momento íntimo de conexión, frente a una pantalla, donde una artista migrante de Brooklyn encendió una chispa en una joven tapatía que no se sentía representada por la moda nacional.
¿Cuál es tu sabor, tu esencia? La respuesta es clara; Flavante.

Indumentaria de posibilidades
El corazón de Flavante late con intensidad. Su fundadora, diseñadora y directora creativa una mente idealista, maximalista e intensamente disciplinada construyó esta firma desde la intuición, la rebeldía y la urgencia de verse reflejada en la moda. En un universo saturado de siluetas y bordados, Flavante propone moda mexicana contemporánea con una narrativa propia, diversa, adaptable y personalizable. “Indumentaria de posibilidades que crea la segunda piel de las personas”, define su creadora.

Flava + ante = Flavante
“Flava” se refiere al sabor único, al estilo, hace referencia a quien es irrepetible. El sufijo “ante”característico del español, le da fuerza y presencia. Fascinante, vibrante… lleva por nombre Flavante.

La moda desde la periferia
Flavante nace también desde una conciencia de clase. Su creadora lo dice sin rodeos: “Las marcas que veía no representaban mi contexto. La mayoría pertenecían a una clase social que no es la mía, y sus discursos no hablaban de mí.” En la industria ella apostó por la resistencia, por construir desde abajo y por demostrar que sí se puede crear sin tenerlo todo… pero con apoyo emocional, obsesión creativa, y una comunidad que cree tanto como ella.
Flavante no explota símbolos; los honra a través de la técnica, del diseño estructural y del respeto. Su estética parte de la ciudad, la cultura pop, los 2000s, el internet, la fantasía y el pensamiento crítico. No es nostalgia: es vanguardia con raíz.

El universo Flavante
Si Flavante fuera un mundo, estaría tejido con la teoría de cuerdas: un multiverso de infinitas posibilidades y sin etiquetas. “Un universo que se cuestiona la normatividad.” Así imagina su fundadora un futuro donde la moda es también filosofía, activismo y arte.
Aunque aún no ha hecho una pasarela en forma, su idea es más un performance que una pasarela tradicional. “No tengo los medios aún, pero si algún día la hago, será desde el cuidado, la representación y el arte.”
Flavante no sigue el calendario de las semanas de la moda. Diseña sin prisas, con intención, con materiales mexicanos como gabardina, algodón y viscosa. Las técnicas incluyen reciclaje, bordado a mano y patrones que hacen de cada prenda sea una pieza artesanal.

Hacer moda en México: obstáculos y resistencia
Los retos son muchos. Desde el clasismo en la parte creativa hasta la falta de apoyos gubernamentales y espacios de producción, Flavante es testimonio vivo de la industria de moda. Las universidades de moda, dice su fundadora, muchas veces romantizan la industria mientras lucran con los sueños de jóvenes sin revelar las condiciones reales.
Pero también están las recompensas ver cómo otras personas se sienten vistas, abrir camino para nuevas voces, ser una referencia real, habitar la moda sin pedir permiso.

¿Qué sigue para Flavante?
La expansión ya comenzó. Actualmente están buscando espacios en Ciudad de México, aunque Guadalajara sigue siendo su base una ciudad compleja, pero clave. También se aproxima su primera colección masculina, además de piezas colaborativas con artesanas como Xóchitl y Eli que incorporan técnicas contemporáneas y cuarzos con carga simbólica.
Más que ropa, Flavante es un proyecto cultural. Aspira a convertirse en una casa de moda mexicana con legado, con fuego, con esencia. Flavante con sabor a México e ideas hechas a mano.

Flavante es lo que pasa cuando la moda se encuentra con la resistencia.
Cuando se escucha la voz interior, se conecta con la raíz, se cuestiona lo que se da por hecho. Cuando se prende la flama.