Hasta la fecha he sido una mujer de pocos novios, amores, amantes, frees y esos términos que se dan en situaciones sentimentales.
Por lo mismo no falta quien me quiera emparejar con medio mundo: divorciados, viudos, solteros, amigos y todo lo que las otras personas crean que es un buen partido para mí. En el fondo más que ser un buen partido, solo quieren que tenga con quien, con quien realizar sus sueños, más que los míos, de verme en pareja.
Esto me hace pensar que los demás creen que para estar realizada necesito tener un hombre a mi lado. No es que no lo quiera, es que la soltería que vivo hoy, mucho más consciente, no es la misma que hace algunos años.
Si se tratase de una urgencia ya tendría a alguien, quizá sólo para llenar el requisito y decir: “tengo pareja”. No es lo que busco, y esto aplica hasta para los frees.
Sin embargo hoy más que nunca sé lo que quiero, y mucho más después de que salí con un chico que tras conocerlo, me di cuenta que es lo que quiero, él sin querer me ayudó a saber que buscar.
Seguí el consejo de una de mis amigas: “Si no pruebas cosas nuevas, como sabrás que es lo que te gusta, o no” y eso fue exactamente lo que pasó. Como he dicho: “parece que se puso un calibrador dentro de mí que sabe con quien vibro y con quien no”.
Por eso es que digo que no vivo igual el ser soltera, ya que ahora soy más abierta, si me invitan a salir acepto, y eso no quiere decir que vaya con la mentalidad de regresar con novio, y el ser abierta tampoco significa qué cualquiera puede entrar en mi vida o a mi cama. Sólo estoy abierta a conocer.
Ese pensamiento de “ya deberías tener pareja” que los demás quieren que crea, se ha disipado, por qué sé que no me dejare llevar por una urgencia o una falsa necesidad. Cuando una persona llegue a mi vida, por el tiempo que sea, tendré la plena convicción de estar con ella por lo que es y no por lo que a mí me hace falta, se tarde o no en llegar.
También entiendo que mis cercanos quieren que sea feliz, y para algunos eso significa que debo tener pareja o estar casada, una especie de fantasía de que estar acompañado por alguien que te quiere y te apoyará y automáticamente te hará feliz; pero el no tenerlo no me hace correr por las calles gritando “apúntese él que quiera” por que no se trata de cualquiera (jajajajajaj).
No todos viven la soltería de la misma manera, ni la vida en pareja, en ambas se puede estar feliz. Por eso es bueno de vez en cuando estar revisando y cuestionando por que hacemos y dejamos de hacer cosas, de donde provienen nuestras acciones y actitudes. Cuestionarnos si lo que hacemos es por demanda de los demás o propia.
Por estas razones estar soltera en este momento de mi vida es sólo una etiqueta meramente social y legal. No soy de esas mujeres que dicen no necesitar del hombre -¡jamas! – sino que algunos ponen esta etiqueta como una clasificación de individuo. YO estoy viviendo mi vida, disfruto de lo que hago y dejo de hacer. Sé lo que quiero y hoy soy soltera por convicción a mis ideales y cuando llegue el chico correcto (quizá ya llegó y andamos distraídos jajajaj) mi calibrador dirá: “Él es”.