¿Realmente es necesario contar de qué trata esta película? Todos lo sabemos, todos la esperamos por meses, incluso imaginamos cómo se oiría Emma Watson cantando. ¿El veredicto?
La Bella y la Bestia es posiblemente la película más anticipada de este año —tanto por los chicos como por los grandes que vieron la versión original en el cine cuando eran chicos—. Todos con la expectativa de encontrar una buena transición del dibujo a la acción viva y poder aplaudir al director Bill Condon, a Emma Watson, Luke Evans, Josh Gad, Dan Stevens, Ewan McGregor, Ian McKellen, Emma Thompson y todo el elenco que congregó para asegurar el éxito de tan especulada película.
Si logramos separar la caricatura original y entendemos que éste es un replanteamiento, entonces funciona.
Para la alegría de muchos este filme siguió siendo un musical que mantuvo las canciones originales y añadió nuevas adiciones.
La historia continúa con las mismas bases: un príncipe malcriado es convertido en una terrible bestia junto a los habitantes de su castillo. Bella, por otro lado, es una chica cansada de la vida aburrida y que está deseosa de aventuras y grandes historias.
Los cambios de la narración radican en el statement ideológico que Disney ha querido mostrar, que da una nueva mirada a la diversidad y la figura de la mujer en una historia.
Ahora vemos a una Bella que no se derrite por un príncipe, un Lefou enamorado en secreto de Gastón y una falta de crítica a diferentes actitudes de distintos personajes.
La película cumple con los deseos de los nostálgicos desde por medio de una nueva mirada, cuenta con un diseño de arte que traduce los sueños de los amantes de la historia original y reconstruye el mundo de Disney en carne y hueso.