Barcelona vibra con estilo, y estas cinco influencers son prueba de ello. No solo visten moda: la cuentan, la transforman y la hacen propia.
En las calles de Barcelona se respira una moda que no sigue normas sino que las reinventa, impulsada por una generación de creadoras que han convertido sus perfiles en auténticos laboratorios de estética, identidad y actitud. Desde el lujo sutil hasta la segunda mano convertida en statement, estas cinco influencers barcelonesas no solo marcan tendencia: narran una ciudad a través de lo que visten. Aquí las presentamos, no como musas, sino como autoras de una nueva gramática del vestir.
Aida Domènech (@dulceida)
Donde hay un fenómeno de masas en la moda española, está Dulceida en el centro de la escena. Con una carrera que comenzó en el humilde formato del blog y explotó en las redes sociales, Aida Domènech ha trascendido el rol de influencer para convertirse en ícono cultural. Su presencia ha marcado el pulso de una generación que encontró en Instagram y YouTube una nueva forma de expresión estética.
Nacida en Montgat, Barcelona, Dulceida es pionera en transformar su vida cotidiana en contenido aspiracional sin perder autenticidad. Ha vestido firmas de lujo y marcas emergentes con la misma naturalidad con la que habla de amor, maternidad o activismo LGTBIQ+. En 2024, se convirtió en madre junto a su pareja Alba Paul, consolidando un relato de vida que sus millones de seguidores han seguido paso a paso.
Creadora de “Dulceweek”, un festival que fusiona moda, música y comunidad, Aida ha demostrado que su influencia no se limita al feed: es capaz de mover gente, ideas y tendencias. En ella, la moda es autobiográfica, es militante y profundamente emocional.
Marta Sierra (@marta__sierra)
En la pasarela digital donde todo pasa deprisa, Marta Sierra se detiene a contar historias con estilismo cinematográfico. Desde su base en Barcelona —aunque originaria de Girona— ha logrado algo inusual: convertir cada outfit en una escena, cada video en una microficción cargada de color, coreografía y precisión visual.
Graduada en Biotecnología, Marta dio un viraje radical al mundo creativo. Su cuenta de Instagram y TikTok no son solo escaparates de moda, son laboratorios de imaginación. No es extraño que Forbes la haya incluido entre las 100 mejores influencers de moda de España: su propuesta visual rompe con el minimalismo nórdico para reivindicar el maximalismo juguetón y la estética como goce.
Marta Sierra no viste para agradar, viste para contar. Con cada giro de cámara y cada plano milimétricamente calculado, le recuerda al espectador que la moda también puede ser teatro.
Belén Hostalet (@belenhostalet)
Si el Mediterráneo tuviera un algoritmo, seguramente se parecería al feed de Belén Hostalet. Esta barcelonesa encarna como pocas el ideal contemporáneo del lujo sencillo: lino blanco, piel dorada, luz natural, y una calma estilizada que se ha convertido en su firma.
Belén no grita con su estilo, susurra. Con una estética limpia y sobria, se ha posicionado como musa de marcas como Loewe, Jacquemus o Chloé, cultivando una imagen de sofisticación sin excesos. Madre joven y empresaria, representa una nueva generación de mujeres que combinan maternidad, creatividad y negocios sin renunciar al buen gusto.
Sus colaboraciones con hoteles, fotógrafos y marcas de belleza convierten su cuenta en una experiencia sensorial. En Belén Hostalet todo es armonía: los colores, los encuadres, la narrativa visual. Como si cada imagen fuera una postal escrita desde la orilla del mar.
Kita Liss (@kitaliss)
Kita Liss no solo se viste, se manifiesta. Desde las calles de Barcelona, esta creadora ha convertido su armario en un manifiesto a favor del consumo responsable y la expresión individual. Sus videos de “Get Ready With Me (GRWM)” no buscan likes vacíos: son cápsulas de autenticidad, piezas de un rompecabezas donde la moda se entrelaza con identidad y valores.
Kita explora la moda desde la trinchera de lo cotidiano. Combina piezas de segunda mano, recupera tesoros olvidados en mercadillos y celebra la belleza de lo imperfecto. Su estética conviven lo urbano, lo bohemio y lo lúdico, pero siempre con una ética clara: vestir sin dañar.
En una era de exceso, Kita representa la resistencia silenciosa de quienes visten con conciencia. Cada look hay un gesto político, una historia reciclada y una invitación a mirar la moda como acto de amor propio y colectivo.
Raphaella Santana (@raphybaby)
Diseñar es resistir, y Raphaella Santana lo hace desde su atelier en Barcelona, donde transforma tela en discurso. Afrodescendiente, diseñadora, y creativa multidisciplinaria, su trabajo se sitúa en la intersección entre moda, identidad y empoderamiento femenino.
Sus piezas son más que ropa: son declaraciones. Con cortes estratégicos, siluetas escultóricas y tejidos que abrazan el cuerpo, Raphaella viste a la mujer que no teme ocupar espacio. Desde su firma homónima, ha creado una comunidad que la sigue no solo por lo que hace, sino por lo que representa: autenticidad, fuerza y representación.
En redes sociales muestra su proceso creativo con honestidad cruda, compartiendo dudas, aciertos y pasión. Raphaella no diseña para seguir el mercado, lo confronta. En su visión, la moda es militancia visual y su estética, una forma de reclamar poder.
Estas influencers trazan su propio camino entre tejidos, gestos y discursos que van más allá de la moda. Seguirlas no es solo inspirarse para vestir mejor, sino para mirar distinto. Porque en sus estilos hay algo más que tendencia: hay relato, hay ciudad, hay identidad. | #KaVolta 🤍, por Valeria Ramírez.