No es difícil describir un show de GBH, no es difícil porque hablamos de una de las bandas británicas de mayor influencia desde la creación del punk a la actualidad, tampoco es difícil porque los elementos que componen un show de la agrupación proveniente de Birmingham son tantos que no caben en un espacio tan pequeño como C3 Stage; pogo, spikes, docs, gritos, alaridos y mucho enojo en la última fecha de la agrupación a su paso por México. Evidentemente se puede salir lastimado.
Precedidos por Los Monjo, agrupación tapatía que ya dio muestra del punk mexicano en el viejo continente hace ya un par de años y Sedición, banda de veteranos precursores de la escena hardcore-punk en el país, llegó GBH antes de la hora planeada y sin decir nada más que las primera líneas de “Unique”:
You’re not unique/ you’re just another runner/ in the big time/ The sour grapes of summer/ and you couldn’t be/ anymore dumber (…) You’re not unique/ You’re obsolete
Los punks del lugar, -veteranos y neopunks- se arremolinaron al frente donde sólo destacaban los puños al aire respondiendo a las casi imperceptibles consignas de Colin Abrahall, vocalista de la agrupación que con su característico acento británico preguntaba: “¿Quieren un poco más?”… como si los golpes, el sudor y los moretones que ya había en el lugar no fueran suficiente.
Sick Boy, Necrophilia y Lycanthropy de su primer àlbum de estudio “Leather, Bristles Studs and Acne” (1981) -cuando aún se distinguían como Charged GBH de otra banda inglesa que les había ganado el nombre- fueron los temas que mayor respuesta provocaron entre los que habitaban la noche del domingo el C3.
Así, de pronto, tras poco màs de una hora del mejor punk inglés que quede vivo o cuerdo (más o menos) se despidieron.“We have a one more song for you. Muchas gracias, adiós amigos” y desobedeciendo hasta a su propio setlist, tocaron “Maniac” e inmediatamente desaparecieron a pesar de los múltiples gritos exigiendo “encore”.
GBH dejó bien en claro que contrario a lo piensan sus colegas, la agrupaciòn tambièn britànica Crass, el punk no ha muerto, y por lo que se vio, no morirá pronto.
Por Eduardo González
Fotografías de ANTONIO ZURITA para KA VOLTA