Leyenda. Mito. Club de los 27. Rock. Excesos. 60’s. Rock N’ Roll. Blues. Estados Unidos.
Janis Joplin es mucho más que eso, pero con sólo 9 años de carrera, la texana pudo convertirse en un ícono de una de las épocas más importantes para el Rock N’ Roll estadounidense y para la historia de la música.
Con una voz única -que nadie esperaría de una mujer, y mucho menos en esa época-, Janis logró lo que ninguna mujer había logrado antes: escalar a la cima del mundo del sexo, drogas y Rock N’ Roll. Fue su autenticidad lo que la impulsó a abrir un camino alternativo en la música de esa época, acompañada de grandes leyendas como Jimi Hendrix y Jim Morrison. Como ellos, falleció a los 27 años, víctima de los excesos que marcaban sus pasos en la industria.
A pesar de lo grande que fue, no había tenido un homenaje como éste: un descubrimiento de la cantante sureña a través de entrevistas, cartas y conciertos en vivo llevados a la pantalla grande.
Janis es un documental escrito y dirigido por la nominada al Oscar, Amy Berg. Estará únicamente en 62 pantallas en todo el país gracias a Cinépolis Contenido Alternativo, del 12 al 18 de agosto.
Fan o no fan de Janis, la exploración de su vida abre un panorama al contexto en ese momento: Guerra Fría, Guerra de Vietnam, feminismo, liberación sexual, drogas, Estados Unidos… y termina siendo la cuna de muchísimas de las propuestas musicales actuales, que aunque estén desarrollando su propio concepto, crecieron escuchando los discos de Janis, Hendrix, The Doors, The Who, de sus padres.
Así que desde el 12 hasta el 18 de agosto, busca en la cartelera Janis: La Chica Azul.
¿Por qué TIENES que verla?
El documental de Amy J. Berg es un acercamiento muy humano a Janis Joplin.
En el largometraje se muestra una faceta casi desconocida de la cantante; como niña que creció en el sur de Estados Unidos y todo su contexto, cultivó mucho dolor y decepciones, mismos que alimentaron su alma bluesera. La gran sensibilidad de Janis fue lo que la condenó a una tragedia como lo fue el término de su vida; aunque muchos podrán pensar que es el precio que hay que pagar por llegar al nivel conexión con el arte, la música y la gente más allá de un escenario.