En ocasiones, el silencio basta para transmitir los sentimientos más profundos. El sonido nubla las palabras que al contrario de dotar fuerza y poderío, entorpecen el mágico momento durante un concierto.
Este sábado Guadalajara acogió con la calidez que caracteriza al C3 Stage. Detrás de su gélida procedencia, la agrupación rusa Motorama ha creado desde el 2005 piezas musicales verdaderamente cautivantes.
Para dar paso a la noche de música un tanto turbia y abstracta, The Presets fueron la banda encargada de arrancar la marcha. Dolphant continuó con su sonido minimalista, mientras con gritos, aplausos y entusiasmo eran recibidos, puesto que en Guadalajara ya están cobijados con el manto del público tapatío. Presentaron ‘Aleph’ el primer sencillo en español de esta banda, el cual forma parte de su segundo EP “Ether”.
Momentos después las luces se ocultaron, el escenario estaba vacío. Luego de unos cuantos minutos la tensión se contrajo. Sin ningún tipo de aviso, los primeros acordes de ‘To The South’ envolvieron cada rincón del lugar. Eran las notas a tempo apresurado las que provocaron que los cuerpos se menearan casi sin mover los pies del suelo.
No hubo palabras intermedias, ni agradecimientos forzados sin sentido. No hubo más que la firme convicción de tocar para ser escuchados. Un aire de esperanza aglomeró a todos en el baile a dos tiempos. Con ’Heavy Wave’, los pasos y la voces se unieron en sincronía bajo el mismo techo.
El sonido melancólico con el que han sido comparados con New Order o Joy Division, se acentúa especialmente en canciones como ‘Red Drop’. Durante la presentación en directo, el vocalista Vladislav Parshin, no estremeció en ningún momento. Naturalmente su voz grave traspasó sin obstáculos el micrófono. Seguida por ‘Corona’, el panorama regresó al sonido soñador entre cantos y gritos.
El momento cúspide llegó con ‘Alps’, los saltos de algunos, el baile de muchos, manos arriba, aplausos y todos los recursos de entusiasmo les fueron concedidos, sin ninguna respuesta a cambio. ‘Northern Side’, ‘Lottery’ y ‘Dispersed Energy’ fueron parte del setlist por los que recorrieron más de 10 años de música y tres álbumes de estudio.
Después de un par de horas de música, la banda salió para el encore. Sin nada más que decir, las luces se volvieron a encender y el ritmo alcanzó al desenlace con ‘Ghost’. Las palabras se apoderaron de las canciones, los sentimientos de la música y el agradecimiento en un concierto para guardar en el recuerdo.
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