La noche del 30 de agosto de 2016, era una fecha que todo fanático del thrash metal tenía marcada en el calendario, Megadeth la banda que obtuvo su nombre de un panfleto militar, pisaba una vez más suelo tapatío, con nuevo disco y nuevos integrantes (Kiko Loureiro y Dirk Verbeuren) dando el preámbulo de que este show sería diferente a los demás.
Efectivamente fue muy distinto, el inicio del espectáculo estaba programado a las 21:00 hrs., el foro presentaba un 70% de capacidad con algunos seguidores tomando unas cervezas y comprando mercancía a un costado de la entrada del Teatro Estudio Cavaret. Pasaba el tiempo y los fanáticos comenzaban a desesperarse, entre silbidos y gritos de“Megadeth, Megadeth”, el público se impacientaba. Con un trato de rockstars, la banda sale 30 minutos después de lo pactado, no obstante no pierden tiempo y dan una cátedra con el más mínimo detalle del cómo mantenerse en la cúspide del género.
Con una grabación del tema: “Prince Of Darkness”, Dave Mustaine y compañía toman por asalto el Cavaret, provocando que el público explote y se olvide rápidamente del tiempo de espera. Desde hace algunos días la banda anunciaba que tocarían sus mejores temas de todas las épocas y decidieron salir a escena con uno de los temas más conocidos, Hanghar 18 que resuena en el foro de Av. Parres Arias, el “headbanging” se hace presente, las cabelleras vuelan los puños se alzan y los celulares documentan todo el frente de Megadeth. Una tras otra será la tónica, después del primer tema de la banda, inmediatamente da comienzo Tornado Of Souls. Megadeth no se guarda nada, sus primeras dos canciones son de los temas de mayor peso que tienen, la banda termina con el tema y la gente corea: “Oé, oé, oé, Mustaine, Mustaine”. Dave observa su foro a un 95% de capacidad coreando su apellido, y consigo la trayectoria que durante años le ha llevado construir. Solamente hace una reverencia y con un español poco fino responde: “Muchísmas gracias”.
In My Darkest Hour, es la pieza que continúa con la noche, siendo las 22:10, Mustaine ya lleva 3 guitarras distintas, Kiko Loureriro ya ha aventado 5 púas y Megadeth ya se ganó a todos los presentes en el teatro Estudio Cavaret. Dave se acerca al micrófono y comenta el costo que ha tenido el estar presentes después de tantos años, las veces que ha compartido escenario con tantos artistas distintos, y que a todos les debe algo y son agradecimientos en cada uno de sus materiales a lo largo de todas sus etapas, lo que sigue es: She Wolf uno de los temas más exitosos de la banda.
Prosiguiendo el show sigue A Tot le Monde, donde se aprecia la primera participación clara de la banda, todo el coro posterior al solo de Kiko Loureriro, todos los presentes son los encargados de corear el tema, donde Mustaine les agradece con un aplauso. Otro de los temas más fuertes es Trust, donde sucede uno de los detalles de la noche, el intro del bajo de David Ellefson se escucha sumamente bajo, se ve totalmente sobrepasado por el bombo de la batería de, Dirk Verbeuren, aunque esta situación parece ser un impedimento para los fans, pues los mismos tiene el rostro perdido en el espectáculo.
Llega el momento más esperado de la noche, los coros de Symphony Of Destruction retumban por los altavoces del Cavaret, la algarabía no se esconde en lo más mínimo y hasta el último seguidor en el rincón más recóndito del foro se muestra emocionado. Se escucha la euforia, el coro y la vibra del tema más conocido de la banda. Al finalizar la banda hace una especie de (mini encore), los fans aclaman a Mustaine y pide su regreso, pese a que la pausa fue muy breve.
Mustaine toma el micrófono y menciona que hace falta más música de su primer disco, “Rattlehead” y aunque parece haber un desconcierto por parte de algunos seguidores, la banda saca lo mejor de sí. Finalmente la encargada de cerrar una maravillosa noche que ha durado una hora y 42 minutos de show, no podía ser otra que Holly Wars, misma que posterior al solo, tiene un break en el que Mustaine presenta a toda la banda y cada integrante se luce con un pequeño solo en su instrumento, al más puro estilo de la vieja escuela del “Rock N Roll”.