Celso Piña “El Rebelde del Acordeón”, regresó a Guadalajara, haciendo vibrar a cientos de asistentes quienes demostraron sus mejores pasos y movimientos de cintura ante las cumbias de su “Ronda Bogotá”.
Por Alfredo García, fotografías de Noé Blanco para Ka Volta
Con una playera del Suadero Sound System, jeans, barba prominente y un: “Buenas noches Guadalajara”, bastó para que el público lanzara chiflidos, gritos y uno que otro “Celso te amo”.Su repertorio de cumbias viajó por el poder, el río, la luna, haciendo escala en la sampuesana y descansando aunque no sea conmigo, sabiendo que los caminos de la vida no son como yo pensaba.
El C3 Stage movió su cadera como nunca lo había hecho, y se dejó llevar por el ritmo de los timbales, el acordeón, el güiro y el coro de los amantes de la cumbia. Aquél muchacho regio de la colonia Independencia, que comenzó a tocar su acordeón allá por 1980, ya se le notan sus años pero, como los buenos acordeones, suena cada vez mejor. Esa barba canosa que ahora lo distingue, es un accesorio de su buena vibra y talento.
Si uno lee un poco de la historia de Celso, se da cuenta que es un tipo autodidacta, sin maestros que lo guiaran a tocar su primer acordeón, pero con el apoyo de su padre y hermanos es como llegó a ser el maestro que es hoy. Este rebelde sigue mostrando que por algo tiene ese mote, y es que exige en cada melodía una mayor calidad de audio a su equipo, al grado de solicitar en algunas ocasiones que “se oiga más el acordeón, compa”.
Muchos pensarían que al ser un rockstar ha perdido piso, pero Celso va al revés, total, es un rebelde, prefiere bajar al escenario y sus fans lo buscan para la aclamada selfie. Su carisma es evidente, las ganas de regalar alegría a sus seguidores se notan en cada abrazo y beso.
La cerveza comienza a terminarse, pero la cadera no deja de moverse, Celso vuelve a subir al escenario para despedirse y agradecer a su público el cual se niega a dejarlo ir a descansar. Al término de la canción un grito animado le hace la propuesta seria; “Celso de aquí a mi casa”, pero él se niega y amablemente le dice que “el avión sale temprano, si no con todo gusto, compa”.
Y como se dice en el baile, la última y nos vamos. Celso vuelve al escenario para regalar la “reina de cumbias” y con unos pasos cumbiancheros demostrar que su cariño por Guadalajara es grande, tan grande como el poder de su cumbia.