Agosto trae consigo nuevos espectáculos a la Sala Digital de Conjunto Santander. Este mes arranca las temporadas con la música del Cuarteto de Cuerdas Arche, que interpretará un programa musical de la última etapa del clasicismo.
El Cuarteto de Cuerdas Arche está conformado por María Geraci, Maxwell Pardo, Ronald Virguez y Christopher Ibarra Jackson. Estos destacados músicos, de gran trayectoria, son también miembros de la Orquesta Filarmónica de Jalisco y la Orquesta Solistas de América. Esta semana, además de apreciar la interpretación de este conjunto, tuvimos la oportunidad de charlar con el chelista y líder de la banda Christopher Ibarra sobre esta presentación.
Por: Ana Volta, @ana_volta
La selección musical para esta presentación está compuesta por cuatro piezas de distintos espacios de tiempo. Que coinciden entre sí por formar parte del último periodo del clasicismo. De manera cronológica nos transportan a tres países y a las composiciones de tres autores. Es un recorrido sonoro e histórico, que se disfruta más debido a los momentos de juego entre los instrumentos que pareciera que se responden o se retan entre sí.
Primero a Alemania con Ludwig van Beethoven. En un periodo más clásico y donde todavía no se atrevía a innovar demasiado. Nos traen el famoso “Cuarteto de cuerdas en Do menor Op. 18 no. 4”. Ensamble musical, elegido también para celebrar el 250 aniversario del compositor.
“… es muy famoso este cuarteto porque está lleno de emociones, cambios de temperamento, mucho drama, mucha tensión.”
Luego viajamos a Rusia con Aleksandr Porfírievich Borodín. El “Cuarteto de cuerdas en Re mayor no. 2” es una pieza más romántica y apasionada. Es una joya para el formato de cuerdas, porque tiene mucha interacción entre instrumentos. Es sumamente demandante para el ejecutante.
Para cerrar dos obras más del mexicano, Manuel M. Ponce. “Estrellita” y “Gavota”, que se inclinan a un lado más fresco y folclórico. Quizá resulten más familiares, y fueron arregladas para ser interpretadas por un cuarteto de cuerdas.
“… vale la pena disfrutar estas dos piezas en el formato de cuarteto de cuerdas. Todos conocemos las letras, sin embargo, es hermoso disfrutar la melodía tocada por el violín, se va entrelazando con los otros instrumentos”.
La música clásica de Cuarteto de Cuerdas Arche en formato digital
“… hoy en día ya no decimos que pasar en el futuro, ya estamos en el futuro”.
Para el Cuarteto de Cuerdas Arche, presentarse en este formato digital es dar un paso al futuro que se había anunciado. Qué permite al espectador disfrutar no solo de la música, si no que a través de la edición y los distintos puntos de vista, apreciamos otros detalles que al estar físicamente pero alejados del ejecutante, no podemos ver. Se escuchan y se ven también las emociones. El lente logra captar el nerviosismo, la satisfacción, la respiración y hasta la velocidad en la que se mueven los dedos de los músicos.
“… ver vacía [la Sala Plácido Domingo] fue imponente… pero nos dimos cuenta que podíamos estar tocando para más de dos mil personas”.
Otra cosa que sorprende es poder apreciar la Sala Plácido Domingo de Conjunto Santander vacía. Que para el cuarteto ha sido un momento fuera de lo común en sus presentaciones. Pero les dió la oportunidad de explorar con un fenómeno acústico. Normalmente el público presente absorbe un 50% de la vibración, y tienen que hacer un balance en el volumen, para compensar en ciertos lugares de las obras. Al estar sola la sala, hay mayor rebote más armónicos y el ejecutante debe tocar de otra forma para aprovechar esa acústica. Parece que los instrumentos fueron amplificados.
“… La Sala [Plácido Domingo] se convierte en un instrumento más”.
En mi opinión
El formato video para este tipo de presentación funciona a la maravilla. En este caso, si preparas tu tarde para disfrutarla acompañado cómodamente no solo tendrás una función privada si no además mucho más cómoda que de cualquier otra manera.
La elección de piezas hace que además la dinámica de cambio de cámaras sea entretenida. Estás prácticamente esperando la respuesta de cada uno de los instrumentos y es un juego en el que hasta notas los gestos de los interpretes.
Hablando de ellos, la complicidad y el disfrute al tocar, cambia la perspectiva que habitalmente tenemos de este género de músicos. Deja de ser solemne para convertirse en cercano. Lo que me recuerda el origen de los cuartetos de cuerdas, que por lo regular amenizaban fiestas de invitados reducidos en la corte.
Mi recomendación es… prepárense para estar atentos a la música y a nada más por 50 minutos al final del día. Su mente lo agradecerá.
Créditos
Maxwell Pardo – Violín
María Stella Geraci – Violín
Ronald Virgüez – Viola
Christopher Ibarra Jackson – Violonchelo