Regresar a aquella época en la que era apenas un adolescente y quería ver a una de las bandas que me inspiraba junto a mis amigos en nuestro sueño de convertirnos en estrellas de rock,alcanzar la consolidación, tocar alrededor del mundo y ser el punto de atención en todos los escenarios. Que dicha, que sueños ¿no?, pues una de las agrupaciones que alimentaba todos aquellos sueños de tantos adolescentes alrededor del mundo, sin lugar a dudas fue, Franz Ferdinand.
Lejos quedó aquel 2010, en el que Guadalajara tuvo la dicha de ver por última vez a los escoceses, esa banda que transmitía una energía de otro nivel, en sus riffs de guitarra nacía la indecencia del sonido punk, en los ritmos de su batería, se resguardaba la energía de sus integrantes, misma que era transmitida a los fanáticos; y las pronunciadas líneas de bajo, guardaban bajo su yugo, la estabilidad de cada una de sus canciones. Pero la joya de la corona, era, es y será la voz de Alex Kapranos, desde el acento, la profundidad de su composición, su carisma y presencia escénica son la pimienta que solo esta agrupación puede presumir.
Era el año 2000, la época en la que el indie dominaba la escena musical , teniendo entre su baraja de ejemplares a bandas consolidadas como The Strokes, unos solventados Arctic Monkeys, la sugestión alternativa y glamurosa de The Killers, un estilo y sonido muy country con los Kings Of Leon, pero había una banda que era como un eslabón perdido y sonaba con la esencia de cada uno de las anteriormente nombradas y con un sello propio. ¿Cómo es posible explicar lo anterior?, hay una respuesta simple y se define como Franz Ferdinand. Efectivamente, los provenientes de la tierra de la gaita, tienen el descaro de The Strokes, el acento de Arctic Monkeys, la presencia de The Killers y la energía de los Kings Of Leon. Pero no eran ninguna copia ni querían imitar a nadie, pese a poseer todas las esencias de los más grandes del género durante esta época, Franz Ferdinand, tenía algo distinto; su irreverencia.
Si bien The Strokes, eran los más atrevidos en cuanto a letras, Franz Ferdinand, siempre se quejaba de algo: del amor, del sistema, la política, la distancia, el clima, el fútbol, y básicamente de cualquier situación que a Kapranos y compañía no le agradara del todo. Y vamos no decimos que sea una banda de emos que se la vive quejándose de todo sin tener algún sustento, basta escuchar canciones como, Come On Home, Take Me Out y Katherine Kiss me, para escuchar cómo estos escoceses pasan de un ritmo a otro, de una protesta tal y enfado con el entorno a pedir un beso de la manera más romántica posible a su enamorada.
Y siendo sinceros, esa podría ser nombrada la esencia de Franz Ferdinand, no solo en sus canciones, también a sus producciones. ¿Cuáles son las diferencias que se pueden escuchar? del viejo Tonight al más reciente Always Ascending: los ritmos, que si bien evolucionan conforme a las exigencias de la escena y de la audiencia, poseen referencias claras, puntos prometidos de revolución y el estilo de Kapranos, donde sin importar el paso de los años, se forma una combinación de lo mejor que el indie ha propuesto desde los dos miles, y a su vez un sello característico muy complicado de descifrar. Lo cierto es que los escoceses han sido ya estelares de festivales como Glastonbury y Coachella, y ahora su regreso a Guadalajara está a la vuelta de la esquina como parte de la segunda edición del Festival Roxy ¿La fecha y lugar? próximo 21 de abril en Terraza Vallarta, nueva sede del evento que toma gran fuerza y se consolida después de haber traído en su primera edición a Morrissey. En esta ocasión, parece vital no perderse a la influencia de miles de adolescentes de mi generación, como lo es Franz Ferdinand.