Exactamente así describe, en uno de los más notables cuentos que conforman este libro de Daniela Tejeda, con exactitud lo que hay dentro de este libro, es la definición perfecta de cómo podríamos describir los distintos colores transparentosos de Soles Rotos por las olas.
¿Cómo puede romperse un sol?
Quizá con nostalgia, con recuerdos. Con sensibilidad.
Así se rompen los soles.
Si hay algo que celebrar a esta edición de la primera obra es precisamente esto, el reinado de la sensibilidad, una sensibilidad tenue, estricta y rígida pero a la vez de una suavidad casi impercectible. Como mecerse entre las nostalgias de un recuerdo de la infancia, de las canciones de cuna. Sus analogías y metáforas son demoledoras, duelen, crean nostalgia, allanan los espacios por los que ha pasado el dolor.
Tiene un discurso sólido. Una manera de decirse cosas, quizá. Se nota mucho una conversación unilateral pero enternecedora que toca fibras.
Soles rotos por las olas es una recopilación de cuentos que tienen algo en común la introspección y la extraña soledad que arremete en sus protagonistas. No es una soledad cualquiera, es una soledad tácita, oscura. Intensa.
Todos los cuentos se ven rodeados de fantasmas y de recuerdos que entorpecen el vivir. De catástrofes invisibles. De esas cosas que pasan dentro, que no podemos explicar porque pasan allí, adentro. En un lugar al que nadie tiene acceso.
El maremoto de una pasión terminada e interminable es la descripción perfecta de una línea indistinguible entre la pasión, la desesperación y el lento morir de la nostalgia.
Lo más notable es el talento de Daniela, para mí se pocisiona entre una de las grandes novedades que tiene Jalisco y que sin duda debe seguir produciendo material para leer. Para engrandecer lo subterráneo de la nostalgia y de los recuerdos evocados sin querer.
Pero evocados con una inigualable fuerza como de bellezas fatales.
“Había decidido abortar porque yo era incapaz de dar vida. Nunca había aprendido cómo retener a alguien porque yo siempre me estaba escabullendo hasta de mí”
“Lo suficientemente grande como para albergar espacios desiertos que rara vez se ocupaban o que alguien tenía la consideración de limpiar”
“Las moscas seguían hablando mientras revoloteaban de tu lado sobre un sueño que moría sin tu cuerpo”
Es este un libro pequeño en tamaño pero muy grande en su contribución literaria, se nota un gran trabajo de fondo, una apasionada gana de escribir.
Es célebre que cosas tan honestas se estén publicando en Jalisco. Es una buena atribución que nos regala “Libros Invisibles” como parte del acervo de la literatura contemporánea local.
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