A mi vida han llegado muchas oportunidades. Algunas las he podido tomar, y otras las he dejado ir.
Esta parte del texto lo escribo desde un día en el que he tomado una gran oportunidad de hacer algo que me emociona mucho: conducir un programa.
Desde pequeños nos hemos hecho ideas de qué tanto vamos a hacer en nuestras vidas. Incluso en la adolescencia seguimos imaginando cosas que podemos alcanzar.
The Anayansi Show
Cuando tenía entre 13 y 15 años, solía jugar que tenía un programa de radio. Por supuesto yo era la conductora. Grababa en cassettes (solo para que se den una idea de cuando fue esto), y tenían un intro jingle que decía: “This is the Anayansi Show”. Aún recuerdo el tono musical. Para que este programa tuviera contenido, grababa canciones de la radio, que complementaba narrando piensos y cosas raras al microfono de la grabadora. Hasta mixes hacía.
La última vez que visité a mi madre, en su casa aún habitaba uno de estos cassettes.
Tomar
Si algo he disfrutado de las cosas que he hecho durante mi vida, es la experimentación. Probarme en diferentes facetas, y de alguna manera sentir que he vivido muchas vidas diferentes. Eso es lo que más me gusta de tomar oportunidades. Darme la oportunidad de hacer algo completamente diferente, sin intervenir en las cosas que soy, que tengo o quiero hacer.
Tomar oportunidades se trata de haber encontrado esa combinación de factores que te permiten estar, crear o disfrutar algo que parecía que no sucedería.
Dejar ir
Desafortunadamente las oportunidades no son puertas abiertas para siempre. Ni todo el tiempo podrás tomar las oportunidades. A veces tenemos que dejar ir oportunidades que aunque nos emocionan y nos encantaría hacer… no podemos.
Como ahora, cuando tuve que dejar de hacer la conducción del programa. O cuando tuve que decir que ya no podía hacer el segmento de tecnología que tenía. O cuando al final no pude hacer la conducción de una serie de cortos documentales sobre la ciudad.
Hubiera
Dejarlos ir costó mucho. Recordar que quería hacer esas cosas, me hace entrar en pensamientos del hubiera “para acomodar como pude hacer que sucedieran” que al final de cuentas no sirven de nada.
Cuando me pasa esto del hubiera, y para salir de ese trance, me gusta recordarme los presentes y futuros. Transformo ese “no hice” por un “ahora haré”.
Hay que pensar que tomar unas cosas implica invariablemente dejar ir otras. No se puede hacer ni tener todo al mismo tiempo, ni en el mismo tiempo. Así que quizá si tomaba esa oportunidad implicaba dejar otra cosa importante para mi, y seguramente cuando dejé ir algo… es porque tomé importancia de otra cosa.
Es que las oportunidades son una mezcla de cosas, no solo únicamente suerte. Se requiere el tiempo, la disposición la capacidad para poder hacerse.
Las oportunidades van y vienen. No se pierden, se dejan ir… y alguien más las toma.
Me gusta pensar en las oportunidades como la energía que no se crea ni se destruye solo se transforma. En este caso no se crean ni se destruyen solo alguien más las toma.
Si bien es cierto, quizá no podré hacer ese programa nuevamente o tomar la oportunidad que dejé ir… estoy muy segura que en mi futuro habrá muchas más oportunidades para tomar y otros cientos para dejar ir. Así es esto, si no como dije con la energía… me va tocar transformar(me) para crearlas yo. | #LunesEnTacones de Ana Volta, #KaVolta 🖤.