El cataclísmico clima que azotó a la ciudad el viernes 13 de marzo indicaba, por todos los medios, que la noche nos deparaba una tormenta intensa. Nadie nos adivirtió, pues, que no sería una tormenta con agua y viento, si no con truenos y sangre.
El Mastodonte nativo de Atlanta pisó las tierras tapatías con todo el poder de su sonido para regalarnos uno de los conciertos más memorables de todos los tiempos. Mastodon tiene una fama particular de entregarse siempre en sus presentaciones, llenándolas de energía, emoción, virtuosismo y riffs brutales.
Abriendo con “Tread Lightly”, la misma abridora de su más reciente material “Once More ‘Round the Sun” nos demostraron de lo que son capaces. La ametrallante batería de Dailor llenando el recinto con sus masivos ritmos, los refinados puntilleos de Bill Kelliher acompañando los endemoniados solos de Brent Hinds mientras la colosal voz de Troy Sanders emendaba el clima que hacía afuera.
El riffeo inmenso y aplastante no paró en ningún momento y podíamos ver, por ejemplo, como Hinds disfrutaba como si fuera su último concierto en la vida mientras tocaba el solo de Oblivion, o cómo Dailor daba lo mejor de sí mismo para dar lo mejor de sí en The Motherload y a Sanders llenando todo el ambiente con sus rugidos en Chimes at Midnight. Y es precisamente el material más reciente el que más bocas cerró, pues si bien había causado confusión cuando recién estrenó el álbum (“No es tan pesado como antes” , decían las achacosas voces) en vivo nos queda más que claro que Mastodon sigue siendo una brutal máquina para derretir rostros.
Pero eso no quiere decir que su material antiguo se sienta débil. Al contrario. Grandes clásicos de su repertorio como Aqua Dementia, Bladecatcher, Megalodon y Ol’e Nessie suenan mejor que nunca. Con una certeza y una solidez increíble a la hora de interpretarlos que pusieron a todo el Teatro Estudio Cavaret a brincar y hacer headbanging al unísono.
15 canciones después llenas de momentos impresionantes, Mastodon salió del escenario sólo para regresar y cerrar con tres temas que resonarán por generaciones como de lo mejor que se ha escuchado en Guadalajara, cerrando con la masiva Blood and Thunder, la cual tiene su merecido lugar en el salón de la fama de los mejores temas de la historia del metal, dejándonos con un gran sabor de boca y queriendo que nunca terminara.
Esa pasión, esa entrega, esa felicidad casi infantil que tienen los de Mastodon por tocar en vivo, es lo que necesita la música actual. Es lo que necesita cualquier disciplina artística, en general.
Mastodon nos regaló una experiencia increíble, una experiencia que pocas veces tenemos la oportunidad de apreciar en la vida y de la que espero tengamos la oportunidad de volver a vivir.