Los temas de violencia y narcotráfico en el país se han convertido en uno de los principales tópicos del cine mexicano de nuestros tiempos, las proezas fílmicas al respecto son una propuesta interesante que habría de valorarse desde ópticas diferentes, Jonathan Sarmiento en “Cuando den las tres” también busca llevar la atención justo a esta parte del México herido
Por: Adolfo Núñez
Dos miembros de una autodefensa con un pasado violento retienen a la hija de un gobernador, el paraje exterior en medio del bosque, la falta de recursos y comunicación, el contacto con la naturaleza, la esperanza y empatía cuando solo hay horror, violencia y sed de venganza en el medio… O de cómo la búsqueda de justicia a mano propia desencadena una vorágine que destruye todo a su paso, y que afecta a todos por igual. Estos son los tópicos principales que el director Jonathan Sarmiento busca en su cinta “Cuando den las tres” una película que pretende y desea, tal vez con demasiadas ganas ser comentada, ser un filme necesario y crítico.
Esto lo logra medianamente, pues si bien la cinta cuenta con situaciones verdaderamente intensas y que logran llegar al punto de expresar la desesperación o el miedo, algunas otras caen demasiado en clichés o estereotipos del género y, más allá de esto, de la excesiva violencia y uso de mal lenguaje que muchas veces se deja ver de manera continúa en el cine mexicano.
No obstante, los registros de actuación son destacables, además de que al contar con pocos elementos y espacios totalmente cerrados, es de alabar el manejo de cámaras, así como la atinada edición, que vuelve a la película una experiencia íntima, orgánica que fluye de un modo ameno, a pesar de que cuenta con un ritmo bastante lento.
Algo que, más allá de los temas que toca, es gratificante ver es que no prescinde de muchos balazos y secuencias violentas para exponer y condenar la inseguridad en nuestro país, así como la ineficiencia del gobierno mexicano en los tiempos actuales.
He aquí una película que si bien se queda a medio camino de sus deseos y expectativas para con el público, y de las que carece en el corte final, evidencia las innegables muestras de talento por parte de su realizador y actores, así como su entusiasmo por volverse una voz que desea ser escuchada y que tiene las oportunidades de hacerlo. En este caso a través del cine, que resuena con un eco singular en la mente de la audiencia.