Resulta sumamente curioso el caso de Rodrigo y Gabriela, y es que muchos factores se suman a su peculiar situación: el hecho de ser un dueto de guitarras, el ser más reconocidos fuera de México que en su propia tierra, o que su escencia, la inspiración de su música provenga del metal, aunque su instrumento elegido sea acústico.
Guadalajara recibió en el escenario del Teatro Diana al dueto de guitarristas tras varios años de ausencia, no sólo en la ciudad, sino en el país, y es que, en palabras del propio Rodrigo, varios factores se interponen entre ellos y sus presentaciones en suelo nacional, sin embargo, tras varias negociaciones y esfuerzo, lograron embarcarse en una gira que los llevará por territorios y escenarios inexplorados para ellos: México y Latinoamérica.
La noche arrancó como Soundmaker, tema tras el cual, Rodrigo Sánchez tomó un micrófono y comenzó a charlar con la audiencia, platicando un poco de lo que implicaba para ellos estar de nueva cuenta en México, de su nuevo material pero sobre todo, tratando de no sentirse alienado en su propio país, tratando de crear y fortalecer un vínculo con un público que le era extraño, y los invitó a ponerse de pie, los invitó a pedir canciones y “hacer desmadre” porque para ellos, de eso se trata de unirse con sus seguidores en cada show.
Después sonó Diablo Rojo, y al terminar el tema, fue el turno de Gabriela Quintero de decir unas palabras de agradecimiento con la gente que se dió cita esa noche, haciendo unas cuantas bromas sobre Robert Trujillo. La voz de Gabriela se percibe un tanto nerviosa, un tanto emocionada, sin embargo todo dejo de desasosiego desaparece de su semblante cuando toma entre sus manos su guitarra y la hace sonar con poderosos riffs de temas de Megadeth o Metallica.
Uno de los momentos más interesantes de la velada fue la presentación de algunos temas del nuevo material del dueto, con la peculiaridad de ser interpretados, en voz por el propio Rodrigo. Sin lugar a dudas el talento de Rodrigo y Gabriela se demuestra precisamente en sus presentaciones en vivo, y es que más allá de tecnicismos, su habilidad de comunicarse con la audiencia, sin importar la nacionalidad o el idioma se ve reflejada en sus interpretaciones, en su dominio de la guitarra como una voz, el idioma universal de la música que les ha abierto puertas y fronteras.
Fotografías de Noé Blanco para Ka Volta
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